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Una «joya» amenazada en Aspe

Los excrementos de las palomas están deteriorando las tres portadas de la basílica del Socorro

Una «joya» amenazada en Aspe

La basílica de Nuestra Señora del Socorro de Aspe está sufriendo un severo deterioro a consecuencia de las defecaciones de las palomas que habitan entre los elementos decorativos de su fachada y torre. El edificio más emblemático de la localidad y uno de los de mayor valor artístico de la provincia, a quienes muchos consideran «la joya de la Diócesis de Orihuela», se está viendo seriamente amenazado por las sustancias corrosivas que contienen los excrementos de estas aves. Principalmente por el ácido fosfórico y úrico y por las diferentes sales que penetran por los poros de la roca de la fachada, así como del mortero que se empleó en su última reparación, y causan su destrucción, de forma lenta pero imparable, al aumentar de volumen tras cristalizar.

De este riesgo ya viene advirtiendo desde hace cuatro años Mariano Cuevas, el arquitecto que entre 1998 y 2003 coordinó los trabajos de restauración de este templo barroco levantino, fundado en el año 1602 y construido sobre la antigua mezquita árabe que constituye actualmente el sagrario.

Los daños producidos por el «ataque químico» que generan las defecaciones de las torcaces ya son apreciables en la torre y especialmente en las tres puertas de entrada, que fueron realizadas entre los años 1682 y 1684 por el prestigioso escultor Nicolás de Bussi.

La de Santa Teresa, que es la más afectada quizá por estar orientada al norte; la Mayor, la dedicada a Nuestra Señora del Socorro, que presenta una incidencia menor y se halla al oeste; y la de San Juan Bautista, la puerta sur, sobre la que ya se actuó a finales del pasado agosto mediante una exhaustiva limpieza, supervisada por el propio Mariano Cuevas, que permitió retirar 20 kilos de excrementos para lo que fue necesario emplear una grúa con cesta.

«El nivel de afección es de tal intensidad que se necesita elaborar un estudio petrológico sin demora para saber, exactamente, el problema al que nos enfrentamos y, así, tomar las medidas más adecuadas para preservar el templo», señaló ayer Cuevas insistiendo en la necesidad de actuar con rapidez.

Aunque hasta ahora las medidas correctivas han partido del rector de la basílica, el gobierno de EU-PSOE es perfecto conocedor de la problemática y, de hecho, sus miembros han comenzado a valorar diferentes acciones destinadas a minimizar el impacto de las palomas en el monumento más importante de Aspe. Una de las actuaciones pasa por introducir medidas de control de la colonia de aves que habitan en el cercano parque Doctor Calatayud, y que han encontrado un refugio perfecto entre los huecos que ofrecen los elementos escultóricos de las tres puertas del templo. Un templo cuyas obras comenzaron en 1650, dirigidas por el arquitecto genovés Frençesc Verde, hasta que en 1663 lo sustituyó el zaragozano Pere Quintana que culminó los trabajos.

Esta parroquia se consagró el 3 de agosto de 1951 pero el 15 de julio de 2006 fue cuando el papa Benedicto XVI le concedió el título de basílica menor, reconociendo así su influencia religiosa. Tres meses después el nuncio del papa en España, monseñor Manuel Monteiro de Castro, visitó la basílica para celebrar el nombramiento. Pero nadie podía imaginar entonces que las inocentes palomas terminarían siendo un problema.

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