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Aspe reciclará diez millones de bolsos de uva para evitar la contaminación

El Ayuntamiento ha puesto este servicio pionero a disposición de los agricultores para acabar con el abandono o la quema de este residuo de papel en los campos

Aspe reciclará diez millones de bolsos de uva para evitar la contaminación

El Ayuntamiento de Aspe, a través de las concejalías de Servicios y Agricultura, ha puesto a disposición de todos los agricultores de la localidad una parcela, situada en el polígono industrial Tres Hermanas I, para que puedan reciclar los bolsos o sacos de papel que protegen la uva de mesa, y que se están empezando a retirar a medida que avanza una cosecha que finalizará en diciembre.

El servicio, que comenzará a partir del lunes, es pionero en Aspe y gratuito para los agricultores de la población, que ya no tendrán que buscar otros medios para deshacerse de los diez millones de bolsos -80.000 kilos- que cada año colocan en cada racimo de uva de mesa para aislarlos de la luz, el calor, la lluvia y la humedad.

Según ha explicado el concejal del área, José Vicente Pérez, «lo único que deben hacer los agricultores es acudir al retén de la Policía Local, recoger la llave para abrir la parcela y depositar en los contenedores instalados las balas o paquetes de los bolsos que, eso sí, deberán estar comprimidos para evitar que puedan esparcirse por la acción del viento».

El edil de Agricultura considera esta medida muy útil porque va a evitar la contaminación ambiental «y que los bolsos se quemen en los campos, con el riesgo que ello conlleva, y que también puede ser objeto de sanción por parte de las autoridades». Además, quienes reciclen los bolsos podrán obtener un certificado, expedido por la empresa especializada contratada para tal fin, que podrán utilizar posteriormente ante Sanidad para demostrar que han realizado el tratamiento correcto».

Cabe precisar, en tal sentido, que el Ayuntamiento ha contratado a una empresa de la Vega Baja, con certificado para la gestión de residuos, y todos los bolsos van a ser sometidos a un tratamiento de reciclado para su reutilización como cartón. Aunque está compuesto principalmente de papel, al bolso o saco también se le añaden diferentes variedades de cera para evitar su deterioro con la lluvia. Además, la incorporación de los hilos plásticos de rafia, que vinieron a sustituir a los hilos de esparto natural con los que se ataba el saco treinta años atrás, supone una dificultad añadida al reciclado de un residuo que ya no puede quemarse, enterrarse ni abandonarse en el campo como se hacía antaño.

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