Minutos antes de que las huestes de la cruz arrebataran el castillo de Villena a las de la media luna, los ojos de quienes esperaban la llegada de los arcabuceros y embajadores miraban al cielo esperando que la amenaza de lluvia no se hiciera efectiva. Pero, unas gotas empezaron a caer sobre sus cabezas.

La fina lluvia que cayó apenas duró 10 minutos . Después, las nubes más negras se alejaron y en el cielo volvió a brillar el sol. Así, tanto los actores como los espectadores respiraron aliviados, después de que la Embajada del día 6 se realizará en un tiempo récord por la mala climatología.

La fortaleza es el escenario natural donde se celebran los parlamentos entre los moros y los cristianos, tanto el del día 6 como el de ayer. El decorado natural retrotrae al espectador a los tiempos de la Conquista y la Reconquista, lo que otorga a las embajadas villenenses una singularidad que hace que sean muchos los vecinos de otras poblaciones quienes cada año acudan a disfrutar de la representación histórica.

El numeroso público tomó asiento improvisado en la explanada de la Atalaya y en el vial que la circunda y que aporta una vista espectacular del acto. Las sombrillas que, otros años se han vislumbrado para guarecerse del intenso sol, este año se convirtieron en paraguas.

El embajador cristiano, Rafael Hernández, le insistió al moro, Ricardo Conca, para que entregará la plaza sin utilizar la fuerza, pero el discurso diplomático no consiguió su cometido y fueron los arcabuceros, quienes tuvieron que emplearse a fondo con la pólvora para que el bando de la media luna dejara las almenas. Entonces, las banderas de las siete comparsas de este bando, que ondeaban junto a la efigie de Mahoma abandonaron las almenas, mientras los arcabuceros llenaron de pólvora los aledaños del castillo.

El grupo de embajadores, pertenecientes a las comparsas más veteranas de las fiestas de Villena -Moros Viejos y Cristianos-, consigue en cada una de las representaciones superar el buen sabor de boca que dejaron el año anterior. Tras meses de ensayos logran que las dos representaciones históricas que se celebran en la fortaleza sean unas de las joyas del cargado programa de actos de los Moros y Cristianos locales, que recibieron en 2015 la declaración de Interés Turístico Nacional.

Además, los alféreces de las 14 comparsas de los Moros y Cristianos de Villena con sus banderas así como los portadores de los estandartes que llenan la explana aportan teatralidad al acto.

La embajadas se añadieron al programa a de actos de los Moros y Cristianos de Villena a principios del siglo XIX. Los textos se escribieron entre 1810 y 1815.

Despedida a «La Mahoma»

Villena despidió ayer a «La Mahoma», tras ganar el castillo el bando cristiano. Así comenzó la cuenta atrás para que finalicen unas fiestas pasadas por agua.

Pero antes de su marcha a Biar, al finalizar el parlamento entre el embajador cristiano y el moro, el alcalde de Villena, Javier Esquembre, le entregó la efigie de Mahoma al alcalde de Biar, Julio Sanjuán, destacando que «el símbolo del bando moro es un nexo de unión entre las dos poblaciones vecinas». Por otra parte, cuando la primera autoridad de Biar dijo con contundencia «nos llevamos a La Mahoma», recibió el aplauso de los asistentes a la Embajada.

Los dos hicieron mención a la mala climatología que ha azotado todos los días de fiesta a la ciudad y que ha llevado a tomar decisiones rápidas para que todos los actos se celebrasen.

El traspaso de La Mahoma de una población a otra se ha convertido en un rito. El 12 de mayo Biar se despide de uno de sus signos culturales y festeros más arraigados y lo deja en manos de sus vecinos. Y lo mismo sucede el día 8 de septiembre en Villena.

Conversión

En una iglesia de Santiago repleta el embajador moro, encarnado por Francisco Martínez, y el cristiano, Jorge García Ferre, midieron sus fuerzas, primero con la espada y después con la palabra. El representante de la cruz, que se enfrentó por primera vez a este texto, logró finalmente el favor del portavoz de los seguidores de la media luna.

La música del poema sinfónico compuesto por Gaspar Ángel Tortosa dota al templo de un clima especial que consigue cautivar a quien disfruta de la teatralización así como quien año a año repite como espectador de ésta.

En las primeras filas de la iglesia se encontraban el alcalde, Javier Esquembre, y el alcalde de Biar, Julio Sanjuán.

La espectacular representación sacra también se representará hoy en el santuario de la Virgen de las Virtudes cuando la talla vuelva a ocupar su trono en el santuario.

La Conversión del Moro al Cristianismo de Villena es una antigua comedia de moros y cristianos que se debió escribir en el siglo XVII y cuenta con numerosas ediciones posteriores, la más antigua conocida es un pliego de cordel del siglo XVIII que se guarda en el interior de la Biblioteca Nacional.

Esta es una de las joyas de las fiestas de Moros y Cristianos de la ciudad y cada año son más los festeros y vecinos de otras poblaciones que acuden a ver este autosacramental.