A las 12 en punto, el alcalde de Villena, Javier Esquembre presentó a la pregonera de la fiestas patronales 2015, Ángeles García. Así comenzó uno de los momentos más emotivos de los Moros y Cristianos. Mientras, en la plaza de Santiago, un enjambre de festeros esperaron las primeras palabras de una mujer de 82 años, que ha pasado media vida entre rasos y agujas en la empresa familiar, que hizo de los festejos de la media luna y de la cruz su modo de vida.

Con su nombramiento, el Ayuntamiento de Villena y la Junta Central de Fiestas quisieron homenajear a tantas y tantas mujeres que desde siempre han puesto toda su entrega y esfuerzo por engrandecer los Moros y Cristianos del 5 al 9 de septiembre. Así también lo hizo la pregonera que hizo un guiño a toda la industria festera y le dedicó su discurso.

Angeles abrió y cerró el pregón, pero fue su nieta quien tomó el relevo porque su avanzada edad le impedió recitarlo entero. Sus primeras palabras fueron para dar las gracias y argumentó «siempre he sentido que estaba en la sombra, en la retaguardia y hoy, aquí, me hacéis sentir protagonista». Y en los momentos en los que a esta festera de «silla y aguja» la voz le temblaba, los festeros, que llenaron la plaza, sostenían sus palabras con aplausos.

Su nieta Ángela fue la elegida por la familia para poner voz a las palabras de su abuela, mientras los hijos de Angela contenían las lágrimas de emoción en el despacho de Alcaldía. En el balcón de éste junto a las Regidoras, el presidente de la Junta Central de Fiestas, su madre era la encargada de iniciar una fiestas que ellos llevan marcadas a fuego en su ADN.

El de Ángeles fue un pregón de recuerdos, de vivencias festeras, de palabras que pasaban a madres a hijas. «Mi bisabuela -dijo la nieta- si que era una festera de verdad, sus palabras las sigue teniendo grabadas en su memoria y las escucha como si fueran hoy: pa la comida, la limpieza, y pa las fiestas no hay luto».

En su pregón relató cómo las mujeres de hace décadas debían ceñirse a cuidar de las casas para las fiestas y tenerlo todo preparado para los festeros de las casas. Pero, sin embargo, muchas de ellas era las que vivían con toda su intensidad el sentimiento de unas celebraciones en honor a la Virgen de las Virtudes. Su nieta contó que «al igual que su madre tan festera por dentro, tan solo se vistió una vez en su vida, fue en 1951 el primer año que salieron las madrinas en las fiestas de Villena, fue la madrina de la extinguida comparsa de Americanos, a la que pertenecía parte de su familia, por eso se emociona tanto cuando recuerda el momento en el que las mujeres pudieron salir a desfilar».

El pregón de 2015 se vivió en clave villenera y fue un repaso a las fiestas de otras épocas con fachadas encaladas y pasticas hechas en casa. García concluyó que «para poner fin a este momento tan emotivo, me gustaría tener un recuerdo muy especial para mi marido, las fiestas eran su vida, igual que lo han sido para mí».