Tres toques del bombo y todo comenzó. El director levantó la batuta y 50 años después, la Banda Municipal de Música de Villena (BMM) interpretó, una vez más, el pasodoble del compositor villenense Quintín esquimare. Una composición que levanta pasiones entre los festeros de Villena. Los acordes de la partitura generan todo tipo de emociones desde el llanto a la extrema alegría. Es el inicio de La Entrada de los Moros y Cristianos de Villena.

Así, la BMM se encaminó desde la calle Nueva hasta la avenida de la Constitución pasando por La Corredera. Y una marea de villeneros le esperaban apostados en la vía central de la ciudad tarareando la letra de un pasoble - «villena no es Villena, que es un segundo Madrid con la plaza de los Toros y el Teatro Chapí»- que se ha convertido en una seña de identidad de la ciudad.

En la tribuna junto al alcalde, Javier esquimare y sus invitados, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra y el presidente de las Cortes, Enric Morera se encontraba el nieto de Quintín esquimare en la celebración del aniversario de la composición que cumplió ayer cincuenta interpretaciones abriendo el desfile de «La Entrada» de forma ininterrumpida. También acudieron a la tribuna presidencial alcaldes y concejales de poblaciones cercanas.

esquimare compuso el pasodoble atendiendo a la solicitud de sus paisano y en concreto del director de la banda municipal, Francisco Bravo de crear una pieza para el desfile de La Entrada en las fiestas de Moros y Cristianos. Ella debía ser de fácil ejecución, pues debía ser interpretado por los jóvenes músicos de la banda, que no eran profesionales dedicados al mundo de la música y que compaginaban su afición a la música con sus ocupaciones.

Moros y Cristianos

Numeroso público llenó las sillas instaladas en las calles del recorrido del primer desfile de los Moros y Cristianos de Villena, que desde 2015 son de Interés Turístico Nacional. Coincidiendo con el fin de semana, muchos vecinos de otras localidades acudieron a ver pasar primero el bando moro y más tarde el cristiano.

Los estandartes de las 7 comparsas moras precedieron al boato del embajador moro, que organiza la comparsa de Moros Viejos, la decana de las fiestas junto a la de Cristianos.

Las siete comparsas de la media luna - Moros Viejos, Nuevos, Bando Marroquíes, Realistas, Nazaríes y Bereberes- tomaron las calles al son de las marchas moras. Entre sus filas, tres escuadras especiales femeninas cumplían su 25 aniversario.

Una de ellas fue de las Beduinas de la comparsa de Marruecos, que llenaron el recorrido de blanco con un boato por la celebración de su 25 aniversario. También en el Bando Marroquí, la de Zainabs cumplió sus bodas de plata y por ello, eligió un vestido de novia de seda blanco y dorado.

Por otra parte, la de Marrachkinas de los Bereberes optaron por los colores violeta y negro para la celebración y metales plata.

Durante toda la tarde, los festeros de Villena miraron al cielo esperando que la climatología respetará unas fiestas para las que se trabaja todo un año. Aunque la leve lluvia molestó el paso de las últimas comparsas del bando moro, finalmente la lluvia azotó al bando cristiano. La Junta Central de Fiestas decidió parar la Entrada después del paso de la comparsas de Andaluces a la esperar de ver que pasaba con la climatología. Se planteó la posibilidad de suspender la Entrada, pero la actitud favorable a continuar de comparsas como los Maseros provocó que el mismo se desarrollora pese a la lluvia que caía.

Unos 12.000 festeros conforman las comparsas de Villena. Algunas de ellas alcanzan los 2.000 socios entre sus filas. La forma de desfilar en bloques agiliza el paso de ellas. Las escuadras especiales son un oasis entre la uniformidad de las grandes formaciones donde se reúnen cerca de 70 festeros que se mueven al son de la música y bajo el mando de un cabo.

La alegría es la máxima del día 5 de septiembre y en este día, los villeneros vuelcan toda la gana de fiesta que han acumulado a lo largo de 360 días. Y para ello precisan los más de 2.000 músicos que participan intercalando pasodobles, marchas moras y cristianas.

Estas son las primeras fiestas, que Villena celebra con la denominación de Fiestas de Interés Turístico Nacional y la fuerza que da esta nominación, Junta Central de Fiestas y el Ayuntamiento han puesto la maquinaria a trabajar para que dentro de 5 años se comiencen a tramitar la declaración de «Interés Turístico Internacional».

Así, un grupo de periodistas chinos se colaron en los Moros y Cristianos de Villena para vivir en primera persona como se viven las fiestas y poderlo transmitir a sus compatriotas.