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Éxodo vacacional masivo en Elda

La ciudad se ha mantenido la primer quincena de agosto funcionando «a medio gas» y a partir del lunes serán más los vecinos que paren de trabajar

El Mercado de Abastos de Elda, el pasado jueves, con parte de sus puestos cerrados. ERNESTO SÁNCHEZ

La abundancia de plazas de aparcamiento en pleno centro de Elda es señal inequívoca de que agosto ha llegado a la ciudad y con él, las vacaciones para gran parte de sus habitantes. Desde el pasado día 1 las calles están más tranquilas, las aceras menos transitadas y los vehículos circulan con fluidez por el asfalto. Un paisaje más acentuado cada día que pasa.

Y, aunque son muchos los vecinos que todavía permanecen en el municipio, quizás porque las vacaciones llegarán más tarde, porque ya han pasado, o simplemente porque no hay dinero para irse a la playa, a partir de hoy el éxodo será masivo. Mientras en España es el fin de semana más lúdico y festivos de todo el año, la actividad en Elda es nula. Así, los vecinos guardan fuerzas y descansan antes de las fiestas mayores, que serán en septiembre.

En las dos primeras semanas del mes vacacional por excelencia, las vías más comerciales, como la de Juan Carlos I, en la horas de menos sol se llenaban de vecinos. Nada que ver con el trasiego de otros meses. En los comercios, en busca de la última ganga de las rebajas o buscando el refugio del aire acondicionado algunas clientas se dejaban ver.

En este sentido, en algún establecimiento de alimentación cifraron el descenso de las compras en un 50% y la próxima semana será mayor. Cada año sucede, y cada año son más los que se resisten a poner cerrado por vacaciones esperando que algún cliente guarde el dinero del viaje para gastarlo en compras.

En el caso del Mercado de Abastos más de 60% de los puestos han colgado el cartel de vacaciones del 5 al 20 de agosto o algunos, incluso hasta el 27. Pero no faltan clientes dispuestos a hacer la compra semanal. Con una excepción, el mercadillo de los martes sigue llenando los aledaños de su zona de influencia de vehículos.

Los parques son el refugio de quienes se quedan en Elda. Jubilados, padres con niños y abuelos buscan las sombra de los árboles de la plaza Castelar o la de los edificios en la Sagasta para descansar y conversar con sus vecinos. Eso sí, en las horas centrales del día , allí no se ve un alma.

El lento ritmo del verano

Quienes piensan que agosto es un buen mes para trabajar saben que el ritmo decae. Nadie parece tener prisa, ni para comprar, ni para almorzar, ni para andar. Los cafés se alargan en los establecimientos con aire acondicionado para el que no se atreve a apartarse del aire acondicionado y salir de casa o la oficina cuando el termómetro se acerca a los 38 grados. No hace falta meterle prisa al camarero porque el teléfono a penas suena.

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