El Plan General Estructural de Elda (PGEE), que salió ayer a exposición pública, marca las líneas maestras de lo que será el desarrollo urbanístico de Elda en los próximos 20 años. En él se indica la transformación del uso del antiguo emplazamiento deportivo del Pepico Amat y así se «propicia la implantación de usos comerciales vinculados a la accesibilidad que brinda la avenida de Ronda».

Uno de los puntos mejorables lo centra en la zona del hospital. Se describe en el documento que «la división de Elda en dos zonas claras por el cauce del río Vinalopó hace necesario plantear nuevas propuestas para la vitalización de la orilla occidental, que cuenta con una importante cantidad de dotaciones de gran escala como el hospital, pero donde la transición entre usos urbanos e industriales no siempre está clara».

Los crecimientos residenciales se plantean hacia los parajes de Agualejas y La Almafrá, incorporando a la dinámica urbana diversas zonas tradicionales de segunda residencia, así como en la carretera de Monóvar, desde el puente viejo hasta el Centro Excursionista Eldense, mediante diversos suelos urbanizables. Asimismo en las fichas técnicas se proyectan dos zona de viviendas unifamiliares en el barranco del Sapo y en el Negret.

Por otra parte, la demanda de suelo industrial se solventa con la ampliación de dos polígonos consolidados, el de Campo Alto y el de la finca Lacy. Para la expansión de este último se precisa la clasificación como suelos urbanizables los sectores adyacentes para usos industriales y terciarios.

Aunque todavía falta la redacción del PGOU pormenorizado, éste es uno de los pasos que marca el diseño del municipio, que ahora con el cambio de gobierno queda en un punto muerto para decidir que rumbo toma.