El Ayuntamiento de Sax ha decidido mantener encendida la iluminación del castillo todas las noches de todos los días del año. Desde que oscurece hasta que amanece. De este modo quiere evitar que sustraigan el cableado eléctrico de los potentes focos que permiten observar, desde muchos kilómetros de distancia, la silueta de las torres y murallas del monumento más emblemático y simbólico de la villa sajeña.
Según ha explicado a este diario el alcalde Vicente Gil, la medida se adoptó durante el pasado mes de marzo después de que se produjera un robo que dejó a oscuras la fortaleza. El suceso pasó inadvertido en la población porque fueron apenas dos días de «apagón» hasta que el material sustraído pudo ser respuesto.
El ladrón o ladrones arrancaron las conducciones eléctricas que recorren la base de la muralla para extraer el cobre; el preciado y escaso metal que luego se vende en el mercado negro por unas cantidades que pueden llegar a alcanzar los seis euros el kilo.
Fue el primer robo que sufre en más de diez años el sistema de iluminación de este monumento del siglo XII declarado Bien de Interés Cultural. Pero el asunto ha llegado, incluso, al pleno. Ante las preguntas planteadas por la oposición el alcalde respondió que «es preferible pagar más luz a que nos vuelvan a robar los cables». Manifestaciones que ayer reiteró ante este diario añadiendo que «al pueblo le resulta más barato tener la luz encendida todas las noches que poner un guardia jurado para vigilar el castillo o hacer frente al pago de la reparación». Una decisión que, según Vicente Gil, adoptó siguiendo los consejos del ingeniero municipal. «Desconozco el coste que supone mantener el castillo iluminado todas las noches pero estoy convencido de que es más barato y más seguro que tenerlo sin luz», ha apuntado el responsable del dividido gobierno del PP de Sax.
No opina lo mismo el naturalista Javier Martínez. Para él se trata de un «absoluto despropósito». Considera que el coste de la factura energética municipal se va a ver ampliamente incrementado. «Además de producir contaminación lumínica y desorientar a las aves migratorias que pasan por Sax, mantener el castillo encendido hasta el amanecer es un despilfarro brutal que va en contra del desarrollo sostenible y de las políticas de austeridad y ahorro energético de la Administración», denuncia el ecologista Javier Martínez pidiendo a los gobernantes populares «un poco de sentido común».
