La imagen del cauce del Vinalopó seco a su paso por Elda durante los meses menos lluviosos del año podría tener los días contados. La Confederación Hidrográfica del Júcar, organismo del que depende la conservación y gestión del humedal más importante de la provincia, quiere proporcionarle al río un caudal ecológico estable en algunos de sus tramos. De este modo se garantizaría un aporte mínimo procedente de las aguas residuales tratadas en las estaciones depuradoras de Villena y Elda. Una medida ésta que, al no estar regulada por la ley ni controlada por la Confederación Hidrográfica del Júcar, está permitiendo hasta la fecha que los agricultores puedan solicitar de las depuradoras cuantos hectómetros cúbicos necesiten en un momento dado para regar sus campos.
Sin embargo, con este caudal ecológico, tantas veces demandado por los ecologistas del Observatorio del Vinalopó, se evitaría que el valioso y singular ecosistema de flora y fauna acuática del Vinalopó quedara reducido, en el tramo de casi 20 kilómetros que discurre por los términos de Sax, Elda y Monóvar, a un triste secarral en las primaveras y veranos de los años más secos.
Por lo pronto, la propuesta de establecer el primer caudal ecológico para el Vinalopó ha sido incluida por la Confederación del Júcar en su propio Plan Hidrológico. Además, el plazo de consulta pública de este amplio proyecto finalizará el próximo mes y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente tiene previsto aprobarlo antes de que concluya 2015. Para ello, un vez finalizada la consulta, el Organismo de Cuenca elaborará un documento de análisis de las propuestas, observaciones y sugerencias recibidas. Y todo ello se incorporará, como anexo, a la propuesta final del Plan Hidrológico del Júcar que, no obstante, también necesitará del informe del Consejo del Agua de la Comunidad Valenciana y, posteriormente, del Consejo Nacional del Agua.
Durante la última década los ecologistas vienen advirtiendo a los poderes públicos que el Vinalopó se asemeja, cada vez más, a una «acequia de riego» y lleva camino de convertirse en una rambla árida en muchos de los tramos por los que todavía hoy corre el agua. Para ellos la única solución pasa por acabar con la histórica sobreexplotación de los acuíferos del Alto y Medio Vinalopó y obligar a las depuradoras a arrojar parte de sus aguas tratadas al cauce. Una medida que en Elda y Villena sólo se hace en otoño e invierno, cuando cesa la demanda agrícola para riego. Pero con el caudal ecológico la situación podría cambiar.
