El cadáver de un hombre de 57 años de edad y vecino de Elche ha sido encontrado parcialmente devorado en su vivienda de Aspe. Vivía solo y todo parece indicar que falleció por causas naturales junto a su perro, que se quedó encerrado una semana y tuvo que comerse a su dueño para poder sobrevivir.

Es el tercer caso de estas características que se produce en el Medio Vinalopó en los cuatro últimos meses. A mediados de enero el cadáver de una mujer también fue encontrado en su piso de Pinoso en estado de descomposición y con el rostro parcialmente devorado por los dos gatos y el perro a los que cuidaba, y que constituían su única compañía desde hacía años.

La fallecida, de nacionalidad británica y 55 años, fue vista por última vez por sus vecinos en Nochevieja. Así que los animales permanecieron encerrados once días, periodo en el que tuvieron que comerse parte de la cara de su propia dueña siguiendo su instinto de supervivencia. Las primeras personas que accedieron al piso hallaron el cadáver de la mujer frente al televisor, tendido en el sofá, tapado con una manta y con su pequeño perro a su lado.

La autopsia descartó una muerte violenta. La víctima padecía problemas cardíacos y estaba pendiente de someterse a una operación. También a finales del pasado noviembre este diario informó de que el cuerpo sin vida de un hombre apareció en el salón de su chalé en estado de descomposición y con el rostro mutilado al comérselo su gato. El felino se había quedado encerrado y sin alimentos pero también murió por falta de agua.

La víctima, de nacionalidad británica y 45 años, falleció por causas naturales mientras se encontraba en su casa de campo de Hondón de las Nieves, donde residía solo desde hacia dos años. Fueron sus amigos quienes encontraron su cadáver. El experto Raúl Mérida ya explicó entonces que, en estos casos, el primer instinto de los animales domésticos es tratar de despertar a sus dueños. «Al principio los lamen y sólo comienzan a devorarlos cuando el cuerpo empieza a descomponerse y les surge la imperiosa necesidad de alimentarse para no morir de hambre».