El único precedente de estas características conocido en el Alto y Medio Vinalopó se produjo en Elda, en el vertedero de Las Cañadas que actualmente se encuentra clausurado, cuando en marzo de 2011 apareció semienterrado entre la basura el cadáver de una joven rumana que vivía en Gandía. Lo descubrió un operario y la Policía Nacional abrió una investigación que concluyó, una vez conocido el resultado de la autopsia, que la muerte fue accidental y se produjo por aplastamiento. Al parecer la joven, que tenía 25 años, se introdujo en un contenedor para dormir dentro y allí encontró la muerte cuando fue abocada al camión de la basura antes de su traslado a Elda. Sin embargo su hermana Flor Saru aseguró entonces que «es imposible que se metiera ella sola en el contenedor dado que padecía un defecto físico y carecía de fuerzas suficientes para levantar la tapa, además de que medía 159 centímetros», indicó junto a su marido días después del suceso.