La presa del Pantano de Elda, incluida en el catálogo de Bien de Interés de Relevancia Local, tampoco se salva de la plaga de grafiteros que azota a Elda. Las paredes de esta singular obra hidráulica amanecieron con las firmas rotuladas sobre los muros.

Los vándalos se ensañaron con los muros de arenisca y los llenaron de grandes rúbricas de colores. Algunas de ellas tienen una altura de casi dos metros. Los grafiteros se auparon a un saliente del muro para colorear la parte superior del embalse.

La aparición de las pintadas en un zona alejada del casco urbano de difícil acceso en vehículo -de hecho uno de los tramos se debe hacer a pie- han extrañado a los vecinos de Elda, que no entienden como atentan contra un bien tan alejado de la ciudad y que no es una zona de tránsito.

Desde el Ayuntamiento se considera el hecho un atentado contra el patrimonio local y por ello, se invitó a la Comunidad de Regantes de Elda, propietaria de la presa, a que denuncie los ataques para que se realicen las investigaciones oportunas por parte de la Policía Nacional. Según explicó el concejal de Medio Ambiente, Jesús Sarabia, después de interponer la denuncia los agentes podrán cotejar las firmas aparecidas en el fichero con el que cuenta la Policía para así poder conocer y sancionar a los autores del acto vandálico.