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Pinoso

Los pilares de un pueblo con historia

La presentación del centro «Casa del Mármol y el Vino» recibe un amplio respaldo

El alcalde Lázaro Azorín, la concejala Silvia Verdú y la técnico municipal Clara Isabel Pérez contemplan las piezas almacenadas. carlos rodríguez

El Centro de Interpretación «Casa del Mármol y el Vino» de Pinoso ya ha iniciado la cuenta atrás para su esperada inauguración, que tendrá lugar el próximo jueves día 4 de diciembre y será presidida por Jesús Caldera, el exministro socialista de Trabajo y Asuntos Sociales. Anoche los promotores de la iniciativa, el alcalde Lázaro Azorín por parte del Ayuntamiento, Yolanda Llinares como gerente de la Fundación Levantina, Ángel Rocamora como arquitecto museográfico y la técnico municipal del Archivo Histórico Clara Isabel Pérez, presentaron el proyecto a la sociedad pinosera en un acto público celebrado en el Centro de Recursos «Casa del Vino». La aceptación fue amplia e ilusionó a un auditorio prácticamente lleno que mostró una especial curiosidad por la singular maqueta.

También se procedió a la firma del convenio entre el Ayuntamiento de Pinoso y la Fundación Levantina, que va a permitir la puesta en marcha del centro de interpretación del mármol porque el del vino corre a cargo del Consistorio contando, eso sí, con la colaboración de los bodegueros del pueblo.

«El vino y el mármol son los dos iconos de Pinoso y también de toda nuestra comarca y a través de este proyecto, que es único en la provincia, queremos hacer un homenaje a todas esas generaciones de trabajadores que han levantado el pueblo, y lo han situado donde ahora está, tras décadas de esfuerzo, lucha y sacrificio» destacó anoche Lázaro Azorín.

En concreto, la Casa del Mármol muestra 60 piezas objeto de la industria de la piedra natural recogidas desde los años 20 y ofrece un sugerente y potente espacio, interior y exterior, con una superficie de 45 metros cuadrados y capacidad para 20 visitantes. «Todos ellos se pueden sumerger en el mundo de la piedra natural, tanto en una factoría como en la cantera, a través de las sensaciones que van a percibir a lo largo del recorrido», explicó el arquitecto Ángel Rocamora.

En este mismo complejo, en un lugar separado, pero próximo, se encuentra la Casa del Vino, que tiene cerca de 60 metros, capacidad para 30 personas por sesión y 160 piezas objeto además de fotografías, materiales, documentos, planos, gráficos, libros y diferentes audiovisuales que han sido grabados en las viñas, factorías y canteras hace apenas unas semanas.

Los fondos muestran incluso utensilios relacionados con la cultura del vino de hace más de 2.000 años. Pero la pieza estrella, explicó ayer la experta Clara Isabel Pérez, es un mojón grabado que delimitaba una de las dos villas romanas de Pinoso donde ya se cultivaba la preciada uva con la que se elaboraba el vino que tanto gustaba a legiones y nobles romanos.

También la Fundación Levantina se ha volcado en este proyecto, «que es nuestro primer gran reto por acercar a la gente nuestra industria», señaló Yolanda Llinares insistiendo en la importancia de poner en valor el trabajo de Pinoso a lo largo de su historia.

Tras este primer paso llegará el reconocimiento de colección museográfica y, a partir de ahí, a soñar con el Museo del Mármol y el Vino.

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