El Ayuntamiento de Aspe, a través de las concejalías de Sanidad y Medio Ambiente, está procediendo, por segundo año consecutivo, a fumigar las pinadas de la población para combatir la procesionaria ante la falta de actuación por parte de la Generalitat. Según explicó ayer la concejala de Sanidad, Carmen Soria, hasta la fecha se han fumigado más de 30 hectáreas de bosque de pino en las partidas naturales de Cantal de Eraes, Mesa de Piedra, Sierra del Moro y las pinadas cercanas a la urbanización de Santa Elena.

Además, la edil ha destacado que este año también se ha actuado en los pinos de los centros escolares como el colegio Vistahermosa y el instituto de secundaria de La Nía. «El año pasado -recuerda Soria- hubo algún que otro problema con la procesionaria y por eso en esta ocasión hemos querido realizar un tratamiento de prevención para que los niños no corran ningún tipo de riesgo».

Cabe recordar al respecto que los pelos urticantes de estas orugas, si se ponen en contacto con la piel de las personas, producen reacciones alérgicas y ocasionan irritación cutánea en forma de sarpullido o erupción en el cuello, los brazos, las piernas y el pecho que puede durar varias semanas, así como irritación en los ojos e, incluso, problemas respiratorios.

En la fumigación los operarios de Aspe han utilizado productos anticontaminantes y han empleado unos 18.000 litros de Bacilus Thuriagensis. Por último, la edil de Sanidad lamenta que «la Conselleria haya dejado de prestar este servicio poniendo en riesgo a la población y obligando a los ayuntamientos a realizar un gasto extra».