El petrerense Francisco López Pérez está al frente de la Undef desde el año 2004. En julio de 2012, cuando fue reelegido en la población valenciana de Llutxent para ostentar el cargo por tercer mandato consecutivo, ya se marcó el objetivo de mantener una comunicación fluida desde la Unión Nacional de Moros y Cristianos con los festeros a los que representa, atendiendo sus demandas y necesidades. Pero, a juzgar por los abandonos de relevantes poblaciones en la celebración por su historia y socios -Villena, Ontinyent y esta misma semana también Elda- se abren algunos interrogantes sobre la identidad, funcionalidad y el futuro de la Undef.

¿Está la Undef en crisis?

En absoluto y eso lo demuestra que en estos momentos la integran 70 poblaciones de seis provincias -Alicante, Valencia, Murcia, Albacete, Toledo y Lleida- de las Comunidades Autónomas Valenciana, Región de Murcia, Castilla-La Mancha y Cataluña. Cuando yo llegué a la presidencia eran poco más de 60 las poblaciones de la Undef y ese número ha crecido a pesar de las tres bajas que se han producido últimamente. La Undef no está en crisis pero hay que creer en ella y tender la mano a los que piden entrar.

Pero son bajas significativas.

La grandeza de la Undef, como su propia palabra indica, se basa en la unión y en la colaboración. Hay pueblos que creen que el asociacionismo no les hace falta pero yo soy un convencido de que entre muchos se pueden conseguir muchas más cosas que cada uno, por muy fuerte que sea, por su cuenta. Este «invento» es para quienes creemos en que la unión hace la fuerza y yo, desde luego, siempre he estado convencido de ello. Tanto antes de ser presidente como ahora que lo soy.

¿Y para qué sirve el «invento»?

Lo primero que no hay que hacer es olvidarse de que la Undef es una federación de asociaciones cuyos principales fines son la solución de los problemas que se plantean en el ámbito de las fiestas de Moros y Cristianos y que nos afectan a todos por igual, a grandes y a pequeños. También tiene como objetivo promocionar las fiestas ante todos los estamentos y fomentar las buenas relaciones y la hermandad entre las localidades que las celebran.

Pues eso último parece que está fallando.

Yo creo que no y a las pruebas me remito pero salirse de la Undef es muy fácil. A pesar de ello vamos a continuar trabajando por las fiestas de todos los pueblos y no exclusivamente de unos pocos por muchos socios, mucha historia y mucha solera que tengan. Creo que es lo justo y razonable.

¿Y qué ha pasado con Elda?

Cuando uno no quiere dos no se pelean y desde luego la entidad que presido no busca pelea en Elda ni en ningún sitio. Lo que sí hemos echado de menos por parte de su junta de gobierno es que ningún miembro haya acudido a alguna asamblea de la Undef para explicarnos las razones de su malestar antes de marcharse sin más.

¿Hay rencor?

En absoluto. El que se va puede volver. Las puertas de la Undef estarán siempre abiertas.