El campo villenense está sufriendo la primavera más seca que se conoce desde hace décadas, incluso son muchos los agricultores que miran al cielo y señalan «que esto no lo habíamos vivido antes».
Tras dos meses sin agua, la lluvia caída en las últimas jornadas es sin duda insuficiente para paliar los efectos devastadores de la sequía en la cosecha de cereal.
Si no continúan las tormentas, las pérdidas en las explotaciones agrarias continuarán en la comarca del Alto Vinalopó, puesto que el intenso calor de esta primavera es un buen aliado para que cultivos como el almendro y el olivar pierdan calidad y tamaño.
Este año, el campo villenense, además de estar asfixiado por la falta de agua, también está sufriendo una plaga de conejos que los agricultores dicen que está poniendo en riesgo la continuidad de las cosechas de cereales, vid y hortalizas.
La sequía impide que hortalizas, cereales y vid se desarrollen lo suficiente, a lo que hay que sumar la incidencia de estos animales, que en busca de comida y agua, ven en el campo local la forma de sobrevivir arrasando las plantaciones.
El presidente de la Cooperativa Agrícola, Francisco Ruíz, indicó que en los terrenos de cultivo situados junto a zonas montañosas la incidencia de los pequeños mamíferos es mayor, «porque la sequía que padece la zona provoca que los conejos, sin comida ni agua, busquen sobrevivir en la huerta de Villena».
Algunos agricultores villenenses han optado por vallar sus cultivos para impedir el paso de los pequeños mamíferos, pero como en el caso del poblado de la Edad de Bronce, lo cierto es que siguen dañando los campos, ya que cavan en el terreno y acceden a los cultivos sin dificultada en busca de agua y comida.
