La Mayordomía de San Blas, la entidad que rige las Fiestas de Moros y Cristianos de Sax, cambia hoy de presidente y de directiva. Pascual Chico Estevan se despedirá del cargo esta tarde, tras acabar su segundo mandato consecutivo, y José Vicente Vaquer Pérez tomará el relevo de la federación de comparsas nombrando a su nueva junta.

Pascual Chico considera que tras haber dedicado trece años de su vida a las Fiestas de San Blas -tres como alcalde de la celebración, tres como vicepresidente y ocho años más como presidente- ha culminado una etapa y ha llegado el momento de dar paso a otros festeros dispuestos a tomar el timón de la manifestación cultural, lúdica, tradicional y social más importante de la villa. Sin embargo, el plazo de presentación de candidaturas finalizó en abril sin que nadie se atreviera a dar el paso por lo que ha sido la directiva de la Mayordomía la que, por unanimidad, ha presentado como único candidato al doctor José Vicente Vaquer, de la comparsa de Cristianos y Amigo de San Blas. En tal caso la votación se presenta como un mero trámite que no obstante hay que cumplir, tal y como establecen los estatutos, porque si de los 108 votos emitidos los negativos, nulos y abstenciones superan los positivos el aspirante sería rechazado. Algo que para el presidente cesante «es del todo improbable porque José Vicente cuenta con el respaldo de toda la Mayordomía, goza de una gran trayectoria festera y es un hombre serio, trabajador y responsable que estoy convencido de que va a ser un buen presidente».

Agradecimiento

En su despedida Pascual Chico se ha mostrado muy agradecido con «todas aquellas personas y grandes festeros con los que, de una forma u otra, he tenido la suerte de trabajar, codo a codo, para conseguir que todo salga bien del 1 al 5 de febrero». Asegura que los Moros y Cristianos le han enseñado muchas cosas y le han trasmitido mucha felicidad, «y también me han aportado mucho más de lo que yo le he podido aportar» pero en ocho años también ha tenido que afrontar momentos difíciles. «Decirle a un festero que no sabiendo que tiene razón porque los estatutos están para cumplirlos es muy duro, y también es frustrante perder el saludo de algún vecino del pueblo por estar desempeñando una función que es totalmente altruista, y a la que muchas personas le dedicamos mucho esfuerzo y tiempo», señala Pascual.

Ahora quiere centrarse en su familia, su negocio y su comparsa de Turcos. «Y desde luego no pienso volver al sector duro de El Cabildo -puntualizaba ayer sonriendo- porque en estos ocho años que he estado en el lado oficialista de la fiesta he aprendido que antes de hablar, juzgar y criticar hay que escuchar, pensar y dialogar». Una gran lección.