Un hombre de 80 años de edad y con domicilio en Elda ha sido imputado como presunto autor del incendio forestal que el pasado 17 de marzo, sobre las dos de la tarde, arrasó 80.000 metros cuadrados de cañar, carrizal, matorral y taray del río Vinalopó entre los términos de Sax y Elda. Un espectacular siniestro, que generó una columna de humo visible a 20 kilómetros y cuyas cenizas fueron arrastradas por el cielo a 10 kilómetros, por el que tendrá que responder ante la Justicia y enfrentarse a un supuesto delito de incendio forestal por imprudencia.
En el momento en el que las llamas comenzaron a extenderse por la ribera del río, el octogenario se encontraba realizando una quema controlada de los restos de poda de su finca en el paraje de El Chorrillo. Estaba a escasos metros del cauce del Vinalopó y no había ninguna condición meteorológica adversa que impidiera hacer efectivo el permiso concedido por el departamento municipal de Medio Ambiente de Elda. Sin embargo, según se desprende de las investigaciones técnicas y policiales realizadas en los días siguientes, ese fue el probable origen del incendio aunque el imputado, que fue detenido y puesto en libertad instantes después por la Guardia Civil, siempre lo ha negado.
Del caso se ha hecho cargo el Juzgado de Instrucción Número 2 de Elda que, de momento, no ha realizado ninguna actuación. Pero no es éste el único problema al que se enfrenta el agricultor. El Consorcio Provincial de Bomberos podría solicitarle el pago de la tasa para costear el amplio dispositivo de personal y de medios aéreos y terrestres que intervinieron en la extinción del fuego. Una cifra que, en el caso de ser requerida, puede llegar a superar los 10.000 euros.
En el último mes, según han confirmado las fuentes consultadas, se han producido en el Medio Vinalopó cuatro incendios de estas características y, en todos ellos, hay personas mayores implicadas en quemas agrícolas. Al del río de Elda hay que añadirle el de la Horna Alta de Novelda y los de los parajes Derramador y Rambleta de Monóvar. La vegetación está muy seca, las personas mayores están más limitadas y cualquier descuido puede originar un incendio.
