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Monforte del Cid

Un puticlub de alto voltaje

Detienen al dueño por un enganche ilegal de luz, disimulado reproduciendo un Cd con el sonido de un grupo electrógeno

El club de alterne de Monforte del Cid donde se ha localizado el fraude eléctrico. CARLOS RODRÍGUEZ

Ardides para defraudar al estamento público y estafar al privado los hay de lo más variopinto. Pero la artimaña presuntamente ideada por el gerente de un club de alterne de Monforte del Cid para engañar a Iberdrola resulta especialmente imaginativa, y no existen precedentes conocidos ni parecidos en la larga lista de timos, trucos y estafas contra los que luchan a diario los Cuerpos de Seguridad. De hecho, la trampa del puticlub monfortino parece extraída de una novela picaresca de la época de oro de las letras españolas salvando, por supuesto, la distancia temporal aunque en el siglo XVII, como ahora, el país también atravesaba penurias económicas.

La actual crisis, la del siglo XXI, tampoco le es ajena al sector del sexo de tal modo que las ganancias en la sala de alterne no llegaban apenas para cubrir los gastos y salarios de trabajadoras, camareros y personal de seguridad. Así las cosas el responsable del negocio decidió un buen día, supuestamente y según fuentes muy cercanas al caso, hacer un enganche ilegal a la red eléctrica para ahorrarse, al menos, la factura de la luz.

Iberdrola comenzó a sospechar de que algo iba mal porque las lecturas de consumo energético en la zona, donde también hay una estación de servicio y varios campos, eran demasiado elevadas para la facturación mensual.

El primer equipo de técnicos que la compañía envió al lugar para comprobar si había alguna avería que explicara un desfase tan grande entre el gasto eléctrico y el pago de los clientes no descubrió nada anormal. Se centraron entonces las sospechas en el puticlub. Pero, cuando los técnicos uniformados acudían al establecimiento con el todoterreno de la empresa para preguntarle al dueño, la respuesta siempre era la misma. Les aseguraba que él se abastecía por medio de un grupo electrógeno que funcionaba con gasoil y, para demostrarles que no mentía, les pedía que escucharan el fuerte sonido que producía el generador eléctrico. Lo que no podían imaginarse los operarios era que, cada vez que el gerente se percataba de su presencia, introducía en el potente equipo de música de la sala un compact disc que reproducía el mismo sonido que el de un grupo electrógeno. Era entonces cuando les abría la puerta y conversaba con ellos amigablemente sin dejarles entrar. Así ha conseguido, presuntamente, despistarles más de dos años superando el importe defraudado los 15.000 euros. Pero el apagón que en abril dejó sin luz a toda la zona por una sobrecarga fue determinante para iniciar una discreta investigación policial. Una operación que ha finalizado con el arresto del presunto defraudador y el cierre de un puticlub con trampa.

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