Los propietarios de la casa donde nació José Martínez Ruiz, conocido literariamente como Azorín, acometieron ayer las obras de derribo de la misma. La vivienda, ubicada en el número 7 de la calle que lleva el mismo nombre que el autor, presentaba, desde hacía años, un gran deterioro. Sobre ella pesaba una declaración, por parte del Ayuntamiento monovero, de «ruina inminente», de ahí que los nuevos propietarios de la casa hayan tenido que ejecutar su derribo por el peligro existente.
La concejala de Urbanismo y Obras, Desiré Bellot, manifestó que «la ejecución del derribo no podía esperar más, debido a la situación de peligro que ofrecía y que suponía para las personas que frecuentaban esta calle peatonal, no sólo la casa natal de Azorín, sino también las otras viviendas colindantes».
La edil Bellot señaló que «la casa natal de Azorín fue declarada en su día como de protección ambiental, lo que trae consigo que los nuevos propietarios están obligados, y así lo han aceptado, a reconstruir la fachada con las mismas líneas que la original, y a custodiar la placa de mármol que recuerda el nacimiento del escritor para ser colocada una vez se construya la nueva edificación».
Calle cortada
La calle Azorín ha estado cortada al paso de viandantes en las últimas semanas debido a pequeños desprendimientos que, según la concejala Bellot, «en ningún momento han caído hacía la vía pública, lo han hecho hacía la parte interior de las viviendas».
La causa del deterioro de la casa Azorín y de las colindantes, según la edil de Urbanismo, se debe «a la existencia de un alcantarillado que, desde hace muchos años, era insuficiente y presentaba muchas deficiencias, lo que hacía que las aguas residuales se filtraran y produjeran daños en la estructura de las casas, como así ha quedado demostrado con el paso de los años».
José Martínez Ruiz nació en el número 7 de la calle que hoy lleva su nombre el 8 de junio de 1873, a las 3 de la mañana. Esta edificación constaba de dos plantas de 170 metros cada una y una buhardilla. En septiembre de 2009 fue declarada en ruina inminente, de ahí que el entonces propietario intentara venderla, sin conseguirlo, al Consistorio monovero, a pesar de los intentos realizados por el grupo de gobierno de la anterior legislatura, que negoció su adquisición con otras entidades e instituciones públicas y privadas.
La casa finalmente fue vendida hace unos años y los nuevos propietarios se han comprometido a que la nueva fachada tenga las mismas características que la original y a colocar la placa conmemorativa del nacimiento de Azorín.
