Las excavaciones de los restos de una villa romana en el término municipal de Villena se han reanudado después de que los trabajos se abandonasen por falta de presupuesto hace tres años. El proyecto de investigación dirigido por Laura Hernández y Luz Pérez ha continuado gracias a la financiación del Ayuntamiento de Villena.

La cuarta campaña se ha iniciado esta semana y en ella se pretende ampliar la zona excavada en las anteriores para descubrir nuevas áreas de la villa y discernir si se trata de una construcción residencial o agrícola. Para ello sólo tienen quince días, lo que está previsto que duren las labores de desenterramiento.

La arqueóloga del Museo Arqueológico José María Soler, Luz Pérez, subrayó que «con estas excavaciones esperamos descifrar si la villa es una residencia de verano o, por el contrario, vivían permanentemente en ella». También aseguró que «a lo largo del Vinalopó se han encontrado villas romanas, pero no se ha excavado ninguna en el ámbito rural», a lo que añadió: «ésta es la primera».

Por su parte, la directora del proyecto, Laura Hernández, señaló que «la extensión de la villa la calculamos en unas 13 hectáreas, lo que supone una finca de gran extensión». En las dos primeras jornadas de trabajo sólo se han sacado a la luz materiales cerámicos, pero las investigadoras esperan que las catas afloren la gran construcción que todavía permanece bajo tierra, guardando los secretos de los habitantes de estas tierras en tiempos del imperio romano.

El descubridor del Tesoro de Villena e investigador local, José María Soler, fue el primero que habló en sus estudios del hallazgo de una villa romana. Pero fue en 2006 y tras una exploración superficial realizada por el museo en la partida del Campo, cuando se practicó un sondeo geofísico en una de las parcelas para comprobar la posible existencia de elementos constructivos en el subsuelo.

Un año después se encontraron unas termas romanas fechadas en el siglo I después de Cristo, que se creen que formaban parte de una villa romana de grandes proporciones, propiedad de una familia adinerada de la época Alto Imperial. Los resultados permitieron iniciar los trabajos de excavación en 2007 y continuarlos en 2008 y 2009. Después, los baños domésticos de la residencia, utilizados para la higiene, la salud, y el ocio, se enterraron para evitar su deterioro.