Los «gorrillas» están incrementando su actividad ilegal en las zonas delimitadas para el aparcamiento de vehículos próximas al Hospital General Universitario de Elda-Virgen de la Salud. La problemática se remonta muchos años atrás y se resiste a desaparecer pese a los reiterados propósitos de las autoridades políticas y los esfuerzos de las autoridades policiales para erradicarla. En agosto pasado este diario ya publicó que los «gorrillas» habían reaparecido en el entorno del Hospital General Universitario de Elda tras una prolongada ausencia.

Comenzaron a dejarse ver tímidamente, de forma esporádica y en un número reducido. Pero desde entonces su presencia ha ido aumentado de forma progresiva y en la actualidad es prácticamente diaria, tal y como este diario ha podido comprobar in situ, llegando a contar hasta seis «gorrillas» que se reparten diferentes zonas de estacionamiento. Aunque esta forma de mendicidad se había reducido de forma apreciable en Elda durante el invierno y la primavera pasada por el endurecimiento de la normativa sancionadora y la continuada presión policial, lo cierto es que en el últimos meses ha vuelto a dejarse notar y el número de «aparcacoches» ilegales ha ido aumentado. Una circunstancia que ha hecho crecer las quejas de quienes tienen que acudir a diario al hospital por motivos de salud o trabajo, o simplemente para visitar a un paciente. No obstante, las patrullas policiales siguen vigilando la zona de forma intermitente y denunciando a estos hombres los hay mayores y jóvenes por incumplir la ordenanza municipal de Tráfico. Una medida que, según explican los afectados, les acarrea una condena de catorce días sin poder salir de casa porque, como la mayoría son insolventes, cada tres multas sin pagar que suelen ser de unos 120 euros de media tienen que cumplir un arresto domiciliario de dos semanas.

Comprensión

Ellos, por su parte, piden comprensión. Aseguran que no hacen nada malo, que no amenazan a nadie, que no se pelean por la propina ni causan ningún daño. «Hay gente que nos da dinero y gente que no nos da nada pero nunca nos metemos con nadie y, encima, cuidamos de todos los coches. Nos ganamos la vida así porque no tenemos trabajo ni tampoco queremos robar, pero en nuestras casas hay hijos a los que hay que dar de comer todos los días. Es lo que hay», indicó uno de los «gorrillas» a este diario con la única condición de preservar su identidad en el anonimato. Más cauto se mostraba otro al ser preguntado por el dinero que pueden llegar a ganar ayudando a los conductores a encontrar un sitio donde estacionar o a realizar las maniobras de aparcamiento de sus vehículos. «Esto va por días -explica- y el mejor día te puedes sacar 20 euros pero eso no es lo normal. Lo normal es mucho menos y a veces echas aquí toda la mañana con un montón de calor o de frío para sacarte dos o tres euros y con eso...», interrumpe la frase repentinamente y sale huyendo a la carrera tras ser alertado, a través del estridente silbido de un «gorrilla» colega, de que una patrulla policial anda próxima.