Los comercios regentados por ciudadanos chinos se expanden por la avenida del Mediterráneo con la reciente apertura de Global Clothes y la próxima de otro establecimiento de todo tipo de productos que se unen a China Market, otra gran superficie que abrió sus puertas hace ya tres años. A estos tres «gigantes» ninguno de ellos baja de los 1.400 metros se suman también dos restaurantes asiáticos en la misma avenida y principal entrada a Elda.

La crisis ha favorecido este tipo de negocio de precios bajos, pero, lejos de lo que se pueda pensar, ellos aseguran que también la notan. Pese a su fama de herméticos, los chinos dueños o encargados de estos grandes establecimientos contratan a personal español y no tienen ningún problema en hablar con la prensa o, si no dominan el idioma, dejar que lo haga algún empleado local.

Una de las trabajadoras de China Market asegura que «cuando más se llena la tienda es a final de mes y este año también se ha notado mucho la gente que ha venido a por material escolar». Sin embargo, indica que «antes trabajábamos aquí tres empleados más la familia china y me he quedado yo» para ilustrar que aunque hay ventas, «aquí nadie se libra de la mala situación económica». Éste fue el primer establecimiento de estas características que abrió en Elda y en él se puede encontrar literalmente de todo, desde una maleta hasta una caña de pescar, pasando por juguetes, menaje, droguería o jardinería. Y todo a precios muy competitivos. Un tipo de negocio que ha alentado a otro compatriota a abrir en breve otra gran tienda de productos al por menor a dos pasos de allí.

Sin embargo, Global Clothes, que inauguró una tienda de dos plantas en lo que antes era un concesionario de coches el pasado día 24, es otro concepto. Se dedican a la venta de ropa y complementos tanto de adultos como de niños con un espacio reservado a la bisutería y otro a la lencería. Los precios no son elevados pero algunas de sus miles de prendas pueden alcanzar los 40 euros, aunque la media se sitúa entre 15 y 20. «Caro para un chino», aseguran algunos clientes. Aún así no le ha faltado público y cuenta con ocho empleados, la mitad de ellos locales, que se mueven entre cientos de percheros. «Sí es distinta, no había tiendas de este tipo con esta decoración tan bonita», dice una de las empleadas chinas. Y en lo que todos coinciden es en que ahora se ve más gente paseando por la zona.

En la otra acera de la avenida del Mediterráneo y a unos cien metros se encuentra el Wok Hito, un restaurante de bufé libre con menús de 9,95 euros que tiene capacidad para dar de comer a 400 personas. «Viene mucha gente, pero ahora tampoco se llena como antes, estamos notando la crisis», señala Huang, su encargado.