«Somos conscientes de que es muy difícil pero somos jóvenes, tenemos que luchar y estamos decididos a vivir del calzado, que es lo que nos apasiona». Así de claro lo tiene Roland Castillo, un joven eldense que junto a su socia benidormí Marina Coi ha creado la firma zapatera «Pas de Bohème».

Lo llamativo de su historia es que se han lanzado a la aventura como hacían los zapateros de antes. Vieron la oportunidad de exponer su aún pequeño y limitado muestrario en un «ministand» de la Feria Momad recientemente celebrada en Madrid y no se lo pensaron dos veces. Cogieron una maleta con sus trece muestras y se lanzaron a la aventura sin ningún tipo de apoyo financiero ni institucional. Y en un tiempo récord. «En mayo empezamos a gestar más en serio la idea de montar nuestra firma, en julio empezamos con las hormas y en septiembre lo teníamos todo listo para ir a Madrid», resume Roland.

Castillo, de 25 años, y Coi, de 37, se conocieron al cursar el módulo de patronaje de calzado en el IES La Torreta y tras trabajar en distintas firmas, cada uno por su lado, decidieron crear la suya propia y apostar por «diseños únicos, con materiales de primera calidad y limitados». Castillo explica que acudieron a la Oficina del Emprendedor de Idelsa, dependiente del Ayuntamiento, donde les informaron de los trámites que debían seguir. «Allí recibimos información muy útil, pero claro la cosa está complicada para que los bancos te financien», relata. Sin apoyo financiero, se reunían en el Museo del Calzado para dar forma a sus diseños o en casa del propio Roland. Sin embargo, sí recibieron apoyo del propio sector. «Los tacones nos los dio Riera y las hormas Eurohormas y podemos fabricar a buen precio gracias a la ayuda de mi padre», señala Castillo. Aún están en trámites para constituirse como una SL y de crear una página web. «Todo lo hacemos nosotros, desde el diseño del logo hasta la decoración del stand en Madrid», dice Roland. De momento pueden atender pequeños pedidos y ya esperan formalizar algunos con tiendas de Valencia y Murcia. «Estamos contentos de haber ido a Momad porque la colección gustó y ya estamos pensando ideas para presentar en Milán la colección otoño-invierno», destaca este joven diseñador. Mientras piensan en el invierno, cuenta que la colección de verano está inspirada en la geometría y la naturaleza en la que insertan también cristales de Swarosky. El modelo más caro cuesta 300 euros.

Todo un logro si se tienen en cuenta los datos de la Oficina del Emprendedor de Elda, donde en lo que llevamos de 2013 sólo se ha constituido una empresa de calzado frente a las catorce que lo hicieron en 2011. Aunque eso sí, nueve emprendedores más se han interesado por el sector y quizá acaben siguiendo el ejemplo de «Pas de Bohème».