El seguimiento y evaluación de los adolescentes consumidores de cannabis porros por parte de los enfermeros de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) de Elda ha conseguido un porcentaje del 90% de adherencia al tratamiento. Es decir, nueve de cada diez jóvenes de la comarca siguen asistiendo voluntariamente al tratamiento médico contra la adicción a esta droga. Así lo muestran los primeros y exitosos resultados de un estudio que está llevando a cabo la UCA, y con el que se pretende demostrar la efectividad de una estrategia pionera que combina lo educativo y lo conductual.

José José Gil y Juan Antonio Vidal Payá, enfermeros de la UCA de Elda y autores del «Estudio Preliminar sobre el trabajo con adolescentes consumidores de cannabis», que fue presentado en las 24 Jornadas de Supervisión de Enfermeras Gestoras, explican que fueron varios los motivos que les llevaron a potenciar el trabajo con este tipo de pacientes y a medir los resultados. «En primer lugar desde hace 15 años apenas hay investigaciones sobre la efectividad del trabajo con estos jóvenes. Asimismo, los adolescentes de hoy son muy distintos a los de cualquier generación anterior por la irrupción de las nuevas tecnologías y, además, son los menos frecuentadores del sistema sanitario, por lo que trabajar con ellos suele ser un enigma para la mayoría de los profesionales», explican ambos.

Ante esta situación los profesionales de enfermería de la UCA comenzaron a buscar la que podía ser la mejor manera de ayudar a estos jóvenes y a sus familias, y se enfrentaron a tres problemas fundamentales: todos los usuarios acudían a consulta la primera vez en contra de su voluntad, enfadados y forzados por los padres, los Servicios Sociales o la Justicia; ninguno de ellos tenía conciencia de tener un problema o estar enfermo y, además, llegaban con el propósito de no escuchar y con la intención de no volver. Por ello, el principal reto consistía en conseguir que «después de la primera visita, a la que el adolescente acude siempre obligado, vuelva posteriormente a consulta de manera voluntaria dejando las muestras de orina. Pero no sólo conseguimos eso, sino también que muchos de ellos comenzaran a dar negativo después de las primeras sesiones», destacan José Gil y Vidal Payá. El estudio preliminar ha tenido una duración de 15 meses y ha incluido a 58 adolescentes consumidores de porros de edades entre 12 y 21 años. De todos ellos 38 eran estudiantes, 10 trabajadores y el resto «ninis», ni estudiaban ni trabajaban. Asimismo, el 64% acudía por iniciativa de sus familias, el 19% derivado por el sistema sanitario y el 17% por sentencia judicial.

Los primeros resultados del estudio muestran que algunos de ellos ya daban negativo en los controles a los tres meses de tratamiento. Y en el momento en el que se hizo el análisis, casi la mitad había dejado de fumar.

Respecto a los resultados obtenidos cabe señalar que en el ámbito de los adolescentes superar un 50% de adherencia ya es un éxito y, en este caso, los números iniciales superan el 90%, lo que da una idea de la importancia de los resultados logrados a través de la novedosa estrategia. «Y aunque la iniciativa, el seguimiento y la evaluación de los datos la llevamos a cabo los enfermeros precisan los autores los buenos resultados se deben al esfuerzo de cada una de las personas que formamos el equipo de la UCA de Elda que coordina el doctor José Miguel Cano».

Además, la continuidad del proyecto está garantizada y ya se ha comenzado a estudiar a 100 adolescentes del Medio Vinalopó con la misma problemática.