Las seis familias de raza gitana que todavía viven en el ruinoso, aislado, sucio y marginal bloque de pisos del Sapo tienen que iluminarse ahora con velas y linternas y calentarse con hogueras y estufas de butano. Sus penosas, peligrosas e insalubres condiciones de vida han empeorado mucho más desde que los técnicos de Iberdrola acudieron el pasado jueves, protegidos por una docena de policías antidisturbios, para cortarles el suministro eléctrico tras detectar 30 enganches ilegales en la torre de baja tensión que abastece la zona.

Cabe recordar que estos pisos pertenecen al Instituto Valenciano de la Vivienda (Ivvsa) dependiente de la Generalitat Valenciana, se construyeron hace más de 30 años y todos sus moradores -hay 44 pisos- fueron desahuciados, en un proceso iniciado en la anterior legislatura, porque el inmueble se encuentra en estado ruinoso y la única medida que se le puede aplicar es la demolición. Basta recorrer sus estremecedoras entrañas, como ayer tarde hizo este diario, para poder comprobar cómo sobreviven las seis últimas familias. Lo hacen con la falta de las más mínimas condiciones higiénico-sanitarias, el peligro de caída al vacío porque las ventanas y balcones carecen de protección y con el riesgo inminente de colapso que presentan las agrietadas paredes y techumbres. Pero tres de estas familias van a poder salir muy pronto del "infierno". Al mediodía de ayer todos los afectados mantuvieron una tensa reunión en el Ayuntamiento con los concejales de Vivienda y Servicios Sociales, Vicente Amat y Beatriz Serrano.

Ambos les aseguraron que la competencia en este asunto le correponde únicamente al Ivvsa y les comunicaron que tres familias van a ser realojadas en los pisos sociales del Ivvsa, en el barrio de La Almafrá. Esta misma semana serán recibidos en Alicante por los responsables del Instituto de la Vivienda para que formalicen todos los trámites requeridos. Pero para las otras tres familias del Sapo no hay pisos disponibles. Una situación que deja en el desamparo a los Escobedo Moreno y a los Moreno Cortés con ocho menores de entre 7 y 16 años. Son los más "antiguos" del bloque y consideran que se le está discriminando y que el Ayuntamiento y el Ivvsa están incumpliendo la promesa que le hicieron. "De la reunión hemos salido fatal, nos han dicho que sólo hay tres pisos y que los demás nos busquemos algo de alquiler; pero nosotros no tenemos dinero para un alquiler, si lo tuviéramos nos habríamos ido de aquí hace mucho tiempo como han hecho casi todos porque no queremos seguir viviendo con nuestros hijos en este basurero", señalaban los cabezas de familia. Un "inmueble vertedero" que desde el verano también soporta continuos vertidos fecales en la planta baja y cuyos pisos vacíos y saqueados desprecian hasta los okupas. Sólo las ratas deambulan por ellos.