La imagen de suciedad que presentaba ayer el graderío del Nuevo Pepico Amat era desoladora y el olor que emanaba de la sala vip se asemejaba al de un basurero. El motivo es el abandono que sufre una instalación municipal inaugurada el pasado 30 de septiembre y que, sin embargo, lleva una semana sin recibir la visita de los trabajadores de la empresa adjudicataria de la limpieza. Los motivos se desconocen porque ayer este diario intentó contactar con el edil de Deportes sin lograrlo.

El pasado domingo los espectadores de la tribuna cubierta, con capacidad para 1.350 personas, ya tuvieron la ocasión de calarse hasta los huesos porque la pared norte está al descubierto y cuando se produce un fuerte aguacero el agua alcanza la grada. Un agua que todavía seguía ayer en las butacas junto a desperdicios, bolsas de plástico, colillas, vasos, botellas, latas de refrescos, papeles, pipas, chicles y trozos de bocatas.

En la sala vip la basura lleva muchos días sin ser retirada, así que el olor es insoportable tal y como quedó patente el lunes durante la presentación del nuevo técnico.

Pero el Nuevo Pepico esconde más secretos y ninguno es bueno. Cuando se estrenó ya se detectaron barreras arquitectónicas en las escaleras que conducen a la grada, el alumbrado artificial deja zonas de sombras sobre el césped y está pendiente el reajuste de los focos, las esquinas del estadio continúan sin cerrarse, para acudir a la sala de prensa hay que dar un amplio rodeo, la tela metálica de la obra sigue sin ser retirada, la zona de parking para jugadores y directivos se ha convertido en un barrizal con las lluvias y el público que quiere ver los entrenamientos tiene que acceder por la puerta de atrás.

Pero hay más. El Eldense mantiene sus oficinas en el viejo Pepico Amat porque las del nuevo carecen de mobiliario debido a la falta de presupuesto. Los jugadores se duchan con agua fría desde el jueves porque la caldera no funciona; el marcador nuevo sigue sin instalarse, la cantina continúa en obras, en los aseos ya no hay ni papel del váter...Y la obra ha costado 4,5 millones de euros.