Villena ha recuperado un reloj del siglo XVIII realizado por el villenense Pedro Navarro en 1750 en una de las dos escuelas relojeras que tenía la población en esta época.

En palabras de la directora del Museo Arqueológico José María Soler, Laura Hernández, se trata de "una pieza única, ya que según los estudios de Soler se conservaban seis relojes y sólo dos estaban localizados, uno en Valencia y otro en Toledo".

El villenenses Julio Guillén adquirió este ejemplar localizado en Paterna (Valencia) por Vicente Prats, estudioso de la historia local. Guillén lo ha cedido al Ayuntamiento de Villena. Durante este fin de semana se podrá contemplar en el Museo Arqueológico José María Soler, dentro de las actividades organizadas sobre relojes solares.

El Ayuntamiento tiene previsto realizar en el mes de septiembre un reconocimiento a Guillén por su cesión, donde se abordará el trabajo realizado en las escuelas relojeras locales del siglo XVIII, con dos figuras muy importantes, la de Pedro Navarro -quien también realizó el reloj de la iglesia de Santiago- y la de Alfonso López.

Reloj de sala

Se trata de un reloj de madera de sala con los elementos propios de la escuela local; con una esfera metálica, el mascarón -la cara de una persona que mueve los ojos y saca la lengua cuando el reloj marca las horas- y junto a éste dos cajas, donde aparecen dos "mirones" y todo ello coronado por un autómata que se mueve también cuando marca las horas.

"Estos elementos se repiten en todos los relojes realizados en Villena", afirmó Hernández. La calidad de los mismos era reconocida a nivel mundial, tanto los de sala como los de torre como era el caso del Orejón "de hecho este ejemplar sigue en funcionamiento casi trescientos años después de su elaboración".

Vicente Prats tuvo conocimiento de este reloj de sala en 2005 y tras un largo proceso de negociaciones finalmente el antiguo propietario optó por venderlo. Julio Guillén lo adquirió y ahora lo ha cedido al Ayuntamiento.