La Audiencia Provincial ha condenado a una pena de catorce años y tres meses de prisión al hombre acusado de haber abusado de la hija de su compañera sentimental en Aspe entre 2004 y 2010, según pudo confirmar ayer este diario. Durante estos años de abusos sexuales, en los que la víctima llegó a decir que se producían hasta tres veces al día, el acusado llegó a contagiar el virus del papiloma.

La sentencia aplica prácticamente la misma pena que reclamaban tanto la Fiscalía como la acusación particular, ya que ambos solicitaban hasta los quince años de cárcel. Ayer se conoció el fallo y en los próximos días se hará público el contenido de la sentencia, en los que los magistrados de la Sección Décima expondrán los argumentos que le han llevado a condenar al acusado. A la víctima le habían quedado secuelas, tanto físicas como psicológicas, con pesadillas frecuentes.

Como ya publicó este diario, los abusos comenzaron cuando la niña contaba con siete años, a raíz de que a la compañera sentimental del acusado le detectaran un cáncer de útero. Primero, consistieron en tocamientos en sus partes íntimas; y cuatro años después, cuando la pequeña ya contaba con once años consistieron en penetraciones y sexo oral. Los contactos sexuales se realizaban bajo coacciones y amenazas, hasta el punto de que en una ocasión le llegó a amedrentar con una correo de cuero. "Si no haces lo que te pido, no le voy a seguir pagando a tu madre el tratamiento para el cáncer", llegó a decirle en otras ocasiones.

En marzo del año 2010, el acusado propinó un puñetazo al hermano de la víctima, que contaba con 15 años de edad, para que se fuera de casa y le dejara a solas con la menor. Fue después de esta agresión cuando la madre denunció los hechos a la Guardia Civil y el acusado fue detenido e ingresado en prisión y desde entonces ha estado encerrado.

En todas estas relaciones, el acusado llegó a transmitir a la pequeña el virus del papiloma, una enfermedad de transmisión sexual que puede desembocar en un cáncer. La Fiscalía pidió una indemnización de 50.000 euros para la víctima, tanto en concepto de daños morales como para pagar el tratamiento y las secuelas de la enfermedad.

Durante el juicio y durante toda la instrucción judicial, el acusado ha venido negando los abusos sexuales y sólo reconoció haber golpeado alguna vez a los hijos de su pareja, ejerciendo sus labores de padrastro.