El Petrer viejo tiene ganas de vivir una segunda juventud. El casco antiguo, la parte alta del municipio, se ha redescubierto como centro neurálgico del turismo de interior que propone el municipio. Al tiempo que los habitantes se han involucrado en esta faceta, intentan que la zona se vuelva a poblar y recupere el esplendor de antaño sin perder su identidad.

El movimiento vecinal del casco antiguo se articula a través de la Asociación "Miguel Hernández". Su presidente, Constantino García, lleva cuatro años viviendo en el barrio, y reconoce que la barrera más grande a la hora de que se establezcan nuevos habitantes es el alto coste de reformar las viviendas, todas ellas antiguas. Por contra, reconoce, "la sensación de dejar una casa a tu gusto, una casa bonita, es insuperable". En el empeño de dotar al casco antiguo de nueva vida, desde la asociación, se han puesto en marcha numerosas actividades, que van del teatro a cursos de valenciano, por poner solo dos ejemplos.

El principal problema al que se enfrenta el barrio es, sin embargo, según sus propios habitantes, el excesivo número de cuartelillos, los locales lúdicos de las fiestas de Moros y Cristianos que, no siempre, conviven de forma pacífica con los habitantes. La ausencia de algunos servicios es otro de los escollos.

Luna llena

La reactivación del turismo en el casco antiguo tiene un nombre: Petrer se viste de luna. Una vez al mes, coincidiendo siempre con la luna llena, las empinadas calles lucen como si no hubiese pasado el tiempo. Uno de los principales alicientes de la visita por los recovecos de la zona vieja son los actores que "asaltan" a los participantes y que recrean momentos históricos de la localidad en su camino al castillo, la joya que corona la ladera sobre la que se construyó el Petrer primigenio.

Las representaciones dieron comienzo en el año 2010, y se suelen saldar con llenos cada vez que se convocan. El pasado mes de junio, además, se realizó un cambio de guión para seguir renovando el interés por una actividad turística que ha llegado a agotar cuatro pases en una noche, con 25 personas de media en cada uno.

Otra gran parte del atractivo turístico que vende Petrer al exterior, como el Museo Dámaso Navarro o el de la fiesta de Moros y Cristianos, también se encuentran en la zona vieja.

Lavado de cara

El casco antiguo de Petrer es la zona más reconocible del municipio y su principal escaparate hacia el exterior, dado que por su altura es perfectamente visible desde la autovía A-31. La "fachada norte" ha sido objeto de un completo lavado de cara en los últimos dos años.

Parte de los fondos que recibió el municipio del Gobierno central en el Plan E, cerca de un millón y medio, se dedicaron a la pintura de las fachadas y la pavimentación de varias calles. Unos trabajos que dieron su fruto en la primavera de 2010 y con los que, en palabras del alcalde, Pascual Díaz, se pretendía "poner en valor parte de nuestra identidad".

"El Anfitrión", vivencias aplicadas al turismo

Una de las iniciativas más curiosas que ha lanzado el área de Turismo del Ayuntamiento de Petrer ha sido la creación, en el año 2010, de la figura del "Anfitrión de Petrer". A cambio de una acreditación, varios ciudadanos han ofrecido sus vivencias personales para que estas formen parte de la experiencia del turista. Los vecinos que han participado de esta iniciativa, como Carmen Herrero, la consideran una gran "idea virtual", dado que su mayor difusión ha sido por internet. Sus vivencias para con el municipio, además de otras, se pueden encontrar en el sitio web municipal, en el apartado de Turismo. j. a.