Espectacular resultó en la tarde de ayer la Guerrilla y Embajada del Moro al Cristiano, al término de la cual el castillo de la Atalaya fue ocupado por las huestes del bando moro, situando la efigie festera de La Mahoma en lo alto de la fortaleza, donde permanecerá hasta el mediodía del día 8, en que será arrebatado el castillo a los moros tras la segunda de las embajadas, siendo trasladada la Mahoma a la vecina localidad de Biar.

Los dos embajadores representantes de las comparsas de Moros Viejos, Juan Ferri Soler, y de Cristianos, Juan José Guerola, que vienen realizando esta embajada desde hace varios años, ofrecieron al numeroso público asistente un deslumbrante parlamento, digno de ser destacado, ya que son embajadores no profesionales que se combinan en ocasiones con otros festeros de ambas comparsas, que también participan en estos actos. Desde el mes de mayo se iniciaron los ensayos de los embajadores, que se convirtieron en diarios en el mes de agosto. Este año estaba previsto que Juan José Guerola realizara la Embajada del día 8, pero su boda este verano y el correspondiente viaje, le impidió asistir a todos los ensayos necesarios, y por ello repitió finalmente en la tarde de ayer.

Las escuadras de los embajadores, el boato especial y los arcabuceros otorgan durante los últimos años un alto grado de espectacularidad a unas embajadas que tienen a José Fernando Domene, asesor histórico de la Undef, como director. Este año se contó con la novedad de que al final de la Embajada, en la lectura del Pacto de Capitulación, participaron componentes de la comparsa de Labradores, escenificando la entrega de tributos a los moros, marcados en el denominado Pacto de Teodomiro, una vez que conquistaron Villena.

Las Embajadas de las fiestas de Moros y Cristianos de Villena son tan antiguas como las mismas fiestas. Como ejemplo, el programa de 1884 ofrecía diversos detalles sobre la "Embajada del Moro al Cristiano", que tenía lugar el día 7 de septiembre, indicando que "se situarán en el fuerte las comparsas de cristianos. Las de moros se presentarán por las calles de la Corredera en son de ataque. Su general avanzará con su escolta en un brioso caballo hasta el castillo, y propondrá la paz como embajador. Despreciado, dispondrá el ataque del fuerte que tomará por asalto. Los cristianos se retirarán y los moros conducirán al fuerte la efigie de su Profeta".

El actual marco del castillo de la Atalaya no ha sido siempre el lugar donde se han desarrollado las embajadas. Durante 127 años se situó un castillo de madera en la Puerta de Almansa. En 1970 se trasladó hasta la Plaza de Santiago, y en 1977 fue cuando se tomó la decisión de utilizar el marco natural del castillo de la Atalaya, con lo que se ha ganado en espectacularidad, ya que todo el mundo reconoce que es un escenario incomparable, que para sí quisieran muchas de las poblaciones que celebran fiestas de Moros y Cristianos.