"Parche, apaño de poca monta, solución de andar por casa, chapuza, reparación de chichinabo". Éstos son los apelativos que algunos funcionarios del Juzgado de Villena han elegido para describir la obra realizada por la Conselleria de Justicia. Una actuación muy solicitada con el fin de dar una "histórica" solución a un "histórico" problema. El problema que presentaba la parte superior de la fachada que había dado lugar, en los dos últimos años, al envío a la dirección general competente de decenas de escritos advirtiendo del inminente peligro de desprendimiento de parte del murete de una de las esquinas del Palacio de Justicia. Un edificio con muchas décadas a sus espaldas y pocas obras. Por eso dicen los funcionarios que el Juzgado hace aguas o, mejor dicho, grietas. Un comentario que sirvió a este diario para dejar constancia pública del hecho con un artículo titulado: "Las grietas de la Justicia".

Y es que primero fueron los expedientes en el váter por la falta de espacio y estanterías, luego la plaga de hormigas, más recientemente las inundaciones del sótano por las filtraciones de aguas fecales del alcantarillado y en los últimos meses le había tocado el turno a la cubierta del inmueble, que presentaba unas grietas tan generosas como peligrosas y no habían surgido por generación espontánea. Llevaban ahí algo más de dos años y en los últimos meses habían aumentado de tamaño por las humedades de la fachada. Pero también por los remiendos que la Conselleria ha ido poniéndole, de forma puntual, para aplazar una solución definitiva que por fin ha llegado. Pero lo ha hecho mediante una actuación que no convence a los funcionarios. Ha bastado con contratar dos días de trabajo de un solo operario para instalar una malla metálica sobre la zona de la cornisa más afectada. Una labor que tiene una función más "provisional" -para evitar que caigan cascotes a la calle y algún viandante resulte herido- que "definitiva" ya que el problema persiste. "Y aún podemos dar gracias -comentaba con resignación e ironía un funcionario judicial- porque al menos no le han hecho caso al responsable de mantenimiento que llegó a comentar que la grieta la iba a reparar él solito echándole un poco de silicona". Pero eso sí, la plantilla ha recuperado las pocas plazas de aparcamiento reservado de las que dispone en la calle porque la valla de seguridad colocada justo debajo de la cornisa ha podido ser por fin retirada. Y es que hay consuelo para todo...