La Junta Central de Moros y Cristianos elimina el paso del desfile por el Rabal

La decisión viene inducida por la estrechez de las calles de este barrio de Villena. Durante el desfile, los arcabuceros no pueden disparar en estas zonas, además de que la mayor parte de reclamaciones por daños que se producen en los festejos es realizada por su vecinos.

Esta propuesta motivó en días pasados las protestas de la Asociación de Vecinos del Rabal, que alegaba a favor de continuar con la tradición de que los principales actos festeros pasen por el casco antiguo. Los vecinos del Rabal afirman que "la convivencia entre vecinos del Rabal y las Fiestas de Moros y Cristianos ha sido siempre muy estrecha. Las calles del Rabal aportan un encanto a este desfile dificilmente comparable con otros lugares de la ciudad, aunque sus calles sean mucho mas amplias".

Aunque la decisión tendrá que ser ratificada posteriormente por el Ayuntamiento, el organismo festero ha decidido que el Pasacalles se amplíe en un tramo, pasando por la calle La Virgen y Menéndez Pelayo, y que al llegar a la calle Nueva se desvíe por la calle el Hilo, para que, siguiendo por la calle Mayor, llegue hasta la Plaza de Santiago.

Asimismo, el recorrido que realizan los Embajadores con sus boatos para llegar hasta el castillo de la Atalaya también cambia. En lugar de subir por la calle La Rambla, seguirán por la calle Nueva desviándose hasta la Plaza de Biar, y desde allí, directamente al castillo.

Los cambios en los actos festeros afectan también al Desfile de la Esperanza del día 6 de septiembre, en el que son los niños protagonistas en la mañana. En lugar de comenzar a las 12 del mediodía se adelanta su inicio a las 10 de la mañana, con el fin de evitar el fuerte calor de mediodía. Por este motivo la Misa de la Juventud se llevará a cabo después del desfile, y no antes, como venía ocurriendo. También fue planteada la posibilidad de introducir un cambio en la Procesión, aunque finalmente la propuesta se dejó sobre la mesa.