La dirección general de Instituciones Penitenciarias va a trasladar a un total de 200 internos de la cárcel de Villena -tres de ellos procedentes de Fontcalent- hasta Murcia 2, que es el nuevo centro penitenciario que el Ministerio del Interior ha construido y puesto en funcionamiento en el municipio murciano de Campos del Río. Con esta medida Prisiones pretende acabar con los problemas de masificación que viene sufriendo la prisión de Villena -Alicante II- y acercar a los presos murcianos a su tierra natal o lugar de residencia habitual para que no tengan que cumplir penas fuera de la Región.

A través de este diario ya se informó ayer de que los 19 primeros internos que ingresaron en Murcia 2 procedían precisamente de Villena. Las conducciones continuarán realizándose de forma gradual hasta que la medida penitenciaria se complete en julio y agosto, meses en los que ya se habrá dado traslado a los 200 presos murcianos que actualmente se hallan confinados en los diferentes módulos de régimen ordinario de Villena.

Esta circunstancia aliviará los problemas de saturación que sufre Alicante II, que en estos momentos cuenta con una población reclusa de 1.300 personas. Pero el sindicato CSIF ha exigido a la Administración Penitenciaria que la medida no tenga un carácter puntual sino permanente, y ello con el fin de evitar que las 200 plazas que queden vacantes no sean ocupadas por otros presos, lo que volvería a generar el mismo problema que existe en la actualidad.

Cabe recordar que la cárcel de Villena fue concebida inicialmente por el Ministerio del Interior para albergar a 720 internos en celdas individuales. Sin embargo, desde hace más de un año la población reclusa se mantiene de forma constante por encima de los 1.300 presos y, además, deben compartir las celdas de dos en dos salvo en el módulo de aislamiento por motivos de seguridad.

Tal y como han venido denunciando en repetidas ocasiones los representantes de CSIF Alicante, la masificación se ha "cronificado" hasta convertirse en un fenómeno estructural que aumenta el clima de tensión entre los reclusos, propicia un mayor riesgo de agresiones entre ellos y hacia los funcionarios, y podría terminar colapsando algunos servicios. A este respecto los funcionarios consultados explican que con 1.100 internos el trabajo puede realizarse con cierto grado de normalidad. Pero cuando se supera la cifra de los 1.200 algunos servicios penitenciarios comienzan a colapsarse. Situación que lógicamente se agrava cuando se alcanzan los 1.300 reclusos actuales.

Relevo de funcionarios

A la saturación que sufren los módulos residenciales, sobrecarga de la que en estos momentos sólo se libran los pabellones de mujeres, jóvenes, aislamiento y enfermería, cabe añadir el traslado voluntario de 200 funcionarios a otros destinos. Un proceso que finalizará en la primera semana del próximo mes y que responde a diversas causas. La promoción interna y el acercamiento de los trabajadores a sus municipios de origen son quizá las dos más importantes. Pero no son las únicas. La prisión de Villena se considera un "lugar de paso" necesario antes de poder optar a una plaza en las cárceles de las capitales de provincia. Otro de los problemas que entraña es su ubicación alejada de los núcleos urbanos, lo que termina cansando a los trabajadores, que tienen que realizar muchos kilómetros y hacer frente al gasto adicional de la gasolina. En cualquier caso, las 200 plazas que han quedado vacantes por los traslados van a quedar cubiertas en su totalidad.