El Castillo de Embajadas, la fortaleza que es objeto de deseo para los dos bandos combatientes de las fiestas de Moros y Cristianos de Petrer cayó ayer bajo control musulmán, después de la primera Guerrilla y Embajada de las fiestas.

Con el tiempo justo para comer reponer un poco las fuerzas tras dar la bienvenida al Santo, los festeros de Petrer se dirigían poco antes de las seis de la tarde al principio de la calle Constitución, armados con sus arcabuces, para dar comienzo a la batalla de la pólvora y el estruendo, que dejó por unos momentos desiertas las calles y cubiertas en la bruma de la batalla.

En el acto de guerrilla de Petrer, las comparsas de ambos bandos realizan sus disparos en posiciones enfrentadas, por lo que los cristianos realizaron el recorrido hasta la plaza de espaldas, cara a cara con el "enemigo" islámico. El avance de las tropas era seguido, aunque desde la distancia, por los curiosos que no pudieron resistirse al atronador espectáculo.

Pasadas las ocho y media de la tarde, y con todas las comparsas ya en la Plaça de Baix, los embajadores tomaban posiciones para comenzar su batalla dialéctica. Las palabras de Yari Juan Parrés, Embajador Moro, consiguieron, como marca el texto, rendir la fortaleza ante su rival, Francisco Javier Yelo. Este año, además, el bando de la Media Luna no perderá el Castillo hasta el lunes, por el cambio de organización de los actos, cuando desde antaño, la revancha cristiana llegaba solo 24 horas más tarde, encajonada entre la Entrada Cristiana y la Procesión.

La "otra" embajada, la humorística "Ambaixada en Valencià", que también forma parte del programa oficial de actos, tenía previsto su comienzo pasadas las doce de la noche.