El Ministerio de Medio Ambiente anunció ayer que ya ha impulsado hasta el embalse regulador de San Diego (Villena) un total de 12 hm3 de agua desde el Azud de la Marquesa, lo que confirma el buen funcionamiento del embalse y que éste no tiene fugas. Sin embargo, ahora mismo el futuro del caudal es más que incierto debido a que no se puede distribuir por la provincia. El Ministerio no ha resuelto dos aspectos fundamentales: el precio y la calidad de un agua que siguen rechazando la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó.El proyecto (400 millones) está paralizado y el caudal terminará estancado y echándose a perder, según advirtieron ayer expertos consultados que temen que se dispare el proceso de eutrofización (los nutrientes invaden el embalse y éste se llena de algas).

La lámina de agua de San Diego tiene ya 11 metros de altura, alcanzando una cota de 632 metros sobre el nivel del mar. Es decir, en ella se almacenan ya alrededor de 12 millones de m? de aguas del Júcar destinados, en teoría, a paliar la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos del Vinalopó y l'Alacantí. O lo que es lo mismo, más de la mitad del embalse está lleno, superando así el ecuador del Programa de Puesta en Carga aprobado por el Ministerio de Medio Ambiente,según informó ayer la empresa Acuamed en un comunicado.

Esta semana ha finalizado el llenado del segundo escalón de carga del embalse, donde se almacenan los recursos superficiales del Júcar trasvasados por el canal que sigue en pruebas. Superado ya este segundo escalón de carga, Acuamed anunció ayer que en las próximas semanas se llevará a cabo una nueva campaña de auscultación y análisis topográfico pormenorizado del talud del embalse.