La empresa a la que la Generalitat Valenciana adjudicó el proyecto de ampliación de la sede de la Policía Local de Elda, la sociedad anónima Vía Latina, ha presentado concurso de acreedores -antigua suspensión de pagos- al carecer de liquidez para hacer frente a todas las deudas contraídas.

La medida se conoció ayer, pero los trabajos de construcción de la nueva jefatura policial llevan más de una semana paralizados porque las tres empresas -una de Elda y las otras dos de San Vicente y Beniganim- a las que Vía Latina subcontrató para ejecutar el proyecto no cobran. Se les debe en su conjunto 60.000 euros por los trabajos de excavación, colocación de ferralla y ejecución de la estructura del edificio. Cantidad en la que también se incluyen las pérdidas ocasionadas por el coste diario del alquiler de la maquinaria y los útiles como la grúa, los puntales y todo el sistema de encofrado.

Es la tercera vez que la actuación sufre un parón desde que en febrero pasado se produjo el primero. En aquella ocasión fue por el reiterado retraso del Consell en el pago de las últimas certificaciones de obra, una razón que la Conselleria de Gobernación negó aunque diez días después los albañiles volvieron al tajo, justo después de que el Gobierno valenciano ingresara a la adjudicataria el abono de las últimas certificaciones de obra. Pagos que acumulaban un retraso de tres meses y rondaban los 60.000 euros como ahora.

El segundo parón se produjo en la segunda semana de abril pero las tareas se retomaron a los pocos días. El motivo fue el mismo: el retraso en los pagos a las subcontratas. Ahora ha llegado el tercero y con la mala nueva añadida del concurso de acreedores que incrementa la preocupación de los empresarios afectados. Con dos de ellos pudo contactar ayer este diario y ambos expresaron serias dudas de que el proyecto, que está ejecutado en un 50%, pueda finalizar en el plazo previsto. Además, el responsable de la empresa de estructuras de San Vicente a la que se le adeudan 45.000 euros ve muy difícil una solución al "desaguisado" si el Consell no media en el conflicto. Dice Joaquín Moreno que "lo que debería hacer la Conselleria es darnos directamente a nosotros el pago de la última certificación de obra. Desconozco si esto la ley lo permite hacer o no pero sería lo ideal. Así se conseguiría que quienes realmente trabajamos en la obra podamos cobrar, y que pueda terminarse tal y como está previsto y sin que se retrase más de lo que ya se va a retrasar". El gerente de la empresa de ferralla no ha querido pronunciarse en ningún sentido porque ya ha puesto el asunto en manos de sus abogados. La misma postura que piensa adoptar a partir de hoy el empresario de Elda que realizó la excavación previa a la cimentación del edificio. A él le deben 14.700 euros desde hace seis meses. Y si ya tenía pocas esperanzas de cobrar dice que ahora tiene muchas menos por la suspensión de pagos que acaba de presentar la adjudicataria.

la última visita

La "tranquilidad" de Pedrosa y Castellano

La Conselleria de Gobernación sacó a licitación la primera fase de edificación de la sede policial de Elda el 8 de enero de 2010 dentro del Plan Confianza por un importe de 1.546.030 euros y un plazo de ejecución de 14 meses. El proyecto fue adjudicado por 1.257.448 euros el 27 de abril de 2010 a Vía Latina, una mercantil con sede en Valencia dedicada a la construcción general de edificios y obras singulares de ingeniería civil. Los primeros trabajos comenzaron el 21 de octubre de 2010, día en el que el conseller de Gobernación Serafín Castellano y la alcaldesa de Elda Adela Pedrosa colocaron la primera piedra. Como ya informó el conseller durante su visita Elda para presentar el proyecto el 23 de noviembre de 2009, la actuación incluye, entre otras cosas, la construcción de diez celdas individuales, dos de aislamiento, una acolchada y tres de menores separadas del resto así como galería de tiro y salas de cacheo, visitas y control. En marzo pasado, cuando las obras se retomaron tras el primer parón, la alcaldesa y el conseller volvieron a visitarlas para trasmitir tranquilidad sobre el futuro de un proyecto al que los albañiles llaman con sarcasmo "la obra del para y arranca".