Jaime Mascaró vuelve a fabricar en Elda sus zapatos de señora de segmento alto, reconocida marca y diseño exclusivo. Lo hará a partir de este mismo mes en la amplia nave que el grupo empresarial de Menorca construyó en el año 2006 en el polígono industrial Finca Lacy de Elda.

Como ya publicó este diario en aquel momento, la firma de Ferreríes invirtió más de tres millones de euros en la adquisición de los terrenos y en el desarrollo de la moderna instalación industrial dotada de tienda de moda outlet y preparada, además, para acoger varias cadenas de producción.

Sin embargo, ese primer intento de implantar en la capital del Medio Vinalopó buena parte del volumen de fabricación anual de la marca se vio frustrado dos años después por la falta de rentabilidad a consecuencia de la baja productividad y la crisis que en esos momentos azotaba con especial virulencia al sector. Circunstancias éstas que llevaron al prestigioso diseñador Jaime Mascaró a trasladar su producción a las otras seis fábricas que siguen operando para el grupo balear en toda España.

Esta decisión hizo que la empresa de Elda que trabajaba en exclusiva para él, Zapatos Rosmarino, cerrara definitivamente sus puertas dejando sin trabajo a un centenar de empleados -puestos directos e indirectos- con una edad media de 40 años de edad. La decisión se tomó en agosto de 2008 cuando la plantilla de Rosmarino llevaba ya dos años fabricando 500 pares diarios de zapato de señora para Mascaró. El acuerdo alcanzado entre ambas mercantiles también llevó aparejada para Rosmarino la obligación de adquirir toda la maquinaria y equipar las instalaciones del grupo menorquín en la Finca Lacy. Una operación que tuvo un coste superior a los 600.000 euros.

La noticia del cierre, avanzada por este diario el 8 de agosto de 2008, fue acogida con preocupación entre los eldenses por diferentes motivos. Por la destrucción de puestos de trabajo y la pérdida de riqueza aparejada, pero también por la marcha de una firma sólida y emblemática dedicada a elaborar un artículo de diseño, marca y calidad. Precisamente los tres factores determinantes para que el sector pueda afrontar el futuro con visos de garantía, tal y como vienen repitiendo los expertos desde hace años.

En cualquier caso el adiós no llegó por sorpresa. Los primeros aspectos negativos se produjeron en julio de 2008 con el cierre del outlet tras año y medio de actividad. El responsable de la red de tiendas del grupo lo justificó porque el índice de ventas de sus zapatos de temporada y stock no había cubierto las expectativas iniciales.

Pero todo esto forma parte de la historia y el grupo Jaime Mascaró regresa a Elda tres años después apostando con fuerza y decisión por mantener su producción, como mínimo, durante los próximos cuatro años. Será a partir de la última semana de este mes cuando la mercantil eldense que ha alcanzado un acuerdo con el empresario de las Baleares comience con una primera fase de fabricación de 17.000 pares de la marca Jaime Mascaró. Una decisión que avala la alta especialización y profesionalidad de los zapateros de Elda.

Un ligero repunte tras años de agonía

El clandestinaje, la precariedad laboral y el fraude en la contratación que permite ahorrar costes y ofrecer un zapato más barato, y por tanto más competitivo en un mercado cada vez más exigente, fueron algunos de los aspectos que influyeron en la malograda implantación de la firma Jaime Mascaró en Elda en el año 2006. Estos factores unidos a los inevitables periodos de carencia de producción, a la feroz competencia en la mano de obra de los países subdesarrollados y a la crisis mundial hizo bajar el consumo de forma drástica y abocó al cierre de cientos de empresas del Alto y Medio Vinalopó. De hecho, sólo en la ciudad de Elda se perdieron 1.380 puestos de trabajo entre los años 2002 y 2007, periodo en el que se produjeron 125 cierres de empresas zapateras. Entre ellas firmas históricas y emblemáticas. Afortunadamente esta tendencia depredadora de los sectores tradicionales manufactureros se ha suavizado en el último año y en estos momentos se está produciendo un ligero repunte en la demanda de calzado femenino. Todo lo contrario de lo que está ocurriendo con el calzado deportivo y el infantil.