Rosa Pérez introduce en una bolsa los productos básicos para subsistir una semana: aceite, leche, huevos, legumbres, pasta, galletas, atún, tomate y pollo. Productos para Manolo y las más de 20 familias que esperan haciendo cola en el interior de Cáritas Interparroquial de Elda para poder acceder a la bolsa de alimentación que cada semana Rosa y los demás voluntarios les dan en un intento de mejorar su situación.

Junto Rosa, otros 50 voluntarios son el día a día de esta organización, que se preocupa, con la ayuda de las diferentes parroquias de Elda, por ayudar y solventar las demandas de los más necesitados. Cáritas no ayuda sólo con alimentación, sino que también reparte ayuda en forma de ropa, medicamentos, empleo... Y es que Cáritas se ha convertido, más que nunca, en un recurso para aquellos que no pueden llegar a fin de mes. " Las personas que acuden a la organización lo hacen porque se encuentran con el agua al cuello, que les demos alimentación y ropa es un gasto que ellos se ahorran para poder pagar el alquiler o la hipoteca y que no les echen"

Es el caso de Manolo. Para él, Cáritas es la única salida para poder pasar cada día. Sin los alimentos que recoge cada miércoles, sin la ropa de los jueves y, sobre todo, sin la ayuda personal por parte de los voluntarios no llegaría a fin de mes, según asegura.

Con carro de la compra en mano, Manolo y las demás familias esperan sentados a recoger los alimentos y demás productos que necesitan. "Los ciudadanos suelen acudir con el carro de la compra o mochilas, evitando así que sean vistos con las bolsas de Cáritas", comenta Rosa, que agrega que "es muy duro acudir a pedir y decir que no tienes dinero para comer".

La demanda de ayudas en Cáritas no deja de crecer. El número de personas en "situación de vulnerabilidad" que a la semana solicitan ayuda ha llegado a alcanzar en algunos momentos hasta las 70, siempre a consuencia de la crisis económica.

Desde Cáritas recuerdan que la labor social que desarrollan es para ayudar a cuanta mas gente puedan, por tanto la demanda también aumenta.

Perfil de demandantes

El perfil de los que, en estos tiempos, recurren a Cáritas, ha evolucionando también al amparo de esta crisis. Ahora, de forma mayoritaria, son eldenses de clase media, a quienes llega a "avergonzar" el tener que recurrir a la organización. Si te acercas a preguntar si hacen cola para acceder a la bolsa de productos, lo niegan.

"Hasta hace aproximadamente un año y medio, el 80% de las personas que acudían a la entidad eran inmigrantes y población gitana. Sin embargo, en estos momentos, esa cifra se sitúa en un 50%, pasando a ser el resto población que nunca había acudido con anterioridad y que ahora se ve obligada a buscar ayuda por la falta de trabajo", comenta Juan Carlos Pastor, presidente de Cáritas en Elda.

Por su parte, los demandantes de ayuda en Cáritas hace años solían ser familias monoparentales con hijos a su cargo en situación precaria, pero actualmente, y debido a la crisis, ya no hay un perfil concreto de demandante, pero proliferan los matrimonios jóvenes (entre 30 y 40 años), con empleo precario o que lo han perdido y las mujeres solteras con hijos.

Pastor manifesta que la mayoría de familias que acuden a Cáritas han ido con anterioridad a Servicios Sociales o a las diferentes parroquias eldenses, por lo que no pueden volver a ser desviados ya que se ejerce un control riguroso con cada uno de ellos. Por lo tanto, los voluntarios ejercen la función de priorizar las situaciones de precariedad y pobreza a la hora de conceder ayudas. Pero, como deja claro la voluntaria Rosa, " Cáritas no es la solución , esto es una ayuda puntual para que las personas que acuden a nosotros puedan pasar ese mal bache".