Pan para hoy y hambre para mañana. La precariedad laboral y el clandestinaje, prácticas con una tradición más que arraigada en la industria eminentemente manufacturara de la comarca del Alto y Medio Vinalopó, tiene una consecuencia que va más allá del presente. La falta de una cotización real, equivalente a los años trabajados, pasa una cara factura llegada la ineludible hora de romper la hucha de la jubilación. Las pensiones caen en picado e, irremediablemente, no se corresponden con la larga vida laboral que han desarrollado tantos y tandos trabajadores. Esta situación afecta en la actualidad a miles de jubilados de la comarca. En el futuro, llegada la hora de su jubilación, afectará a otros tantos que en la actualidad desarrollan su actividad en el clandestinaje, que ha resurgido con más fuerza si cabe al amparo de la crisis económica, o en unas condiciones precarias, no cotizando por el trabajo que realmente están realizando.

Los sindicatos lo advierten y lo advierten. La economía sumergida es "pan para hoy y hambre para mañana". Y precisamente el mejor ejemplo es el de la precariedad en las pensiones de jubilación. Pero, para muchos trabajadores cuando lo que está en juego es el pan de hoy, resulta difícil pensar en el mañana. Y esa es precisamente la baza de los empresarios que eluden los cauces legales del mercado laboral.

En el marco de una provincia que lidera los índices de economía sumergida en España, a tenor de los empleos irregulares aflorados por la Inspección de Trabajo, las características del tejido industrial de la comarca hacen que el clandestinaje haya sido y sea una práctica especialmente arraigada, con las consecuencias que ello conlleva. Así, la pensión media que perciben los jubilados de la comarca se sitúa 77 euros al mes por debajo de lo que cobran la media de la provincia de Alicante y hasta 194 respecto al resto de España.

Concretamente, la pensión media de jubilación en la comarca del Alto y Medio Vinalopó se sitúa en 688 euros al mes. Ni siquiera alcanza los 700 euros, frente a la pensión media provincial de 765 euros y a la del conjunto de España, que asciende a 882 euros al mes. Esta diferencia lleva a los jubilados de la comarca a cobrar cerca de mil euros menos al año que los del resto de la provincia. Mucho más cuantioso es el agravio comparativo con respecto a los jubilados del conjunto de España, de más de 2.300 euros al año.

Por poblaciones, la pensión media más baja la perciben los jubilados de Campo de Mirra, de 576 euros al mes. En el polo opuesto se encuentran los de Cañada, que cobran la pensión de jubilación más alta de la comarca, por encima de la media provincial, de 852 euros. La pensión media en Elda es de 698 euros y en Villena de 666.