Abandono, vandalismo y expolio. Tres palabras bastan para definir el lamentable estado en el que se encuentra el principal pabellón del viejo instituto de Formación Profesional La Torreta de Elda en desuso desde hace cinco años. Este emblemático edificio construido en la década de los 70 y distinguido con un premio nacional por su original diseño arquitectónico se ha convertido, en apenas dos años, en el escenario de una película de terror. Recorrer sus aulas, talleres, despachos, aseos, salón de actos y amplios pasillos produce escalofrío y desolación.

El centro que durante 30 años ha formado a los mejores especialistas de la comarca en diversas ramas industriales, y por cuyas clases han pasado miles de jóvenes, avanza con rapidez hacia una destrucción sin vuelta atrás. Y mientras tanto ni la Conselleria de Educación, que es la entidad titular del centro, ni el Ayuntamiento de Elda tienen claro qué hacer con un edificio amplio y de ubicación estratégica al que, sin embargo, se echó el cierre cinco años atrás cuando la actividad docente se trasladó al nuevo instituto La Torreta. Un moderno centro que la Generalitat comenzó a construir en 2003, en la avenida de Ronda, con una inversión de 7,6 millones y capacidad para 1.080 plazas escolares.

El último de los frecuentes actos de vandalismo y expolio se ha producido esta misma semana. En esta ocasión los autores han reventado la cristalera de la entrada principal. Unos 20 metros de longitud por 3 metros de altura hechos añicos a martillazos con el único fin de robar las puertas y marcos de aluminio que habrán sido ya vendidas en el mercado negro. Gasto estimado: 15.000 euros.

Al parecer a los ladrones, a los que ningún vecino de las inmediaciones ha visto ni oído nunca, no les dio tiempo a llevarse todo el botín. Pero, si nadie lo impide, volverán cualquier madrugada o fin de semana para continuar "desguazando" el inmueble como vienen haciendo, con mayor o menor intensidad, desde septiembre de 2009, mes en el que el progresivo deterioro que sufre el instituto saltó a la opinión pública después de que la sustracción de una conducción eléctrica general obligará a trasladar las clases de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) al cercano instituto Valle de Elda. Precisamente los 1.400 estudiantes y profesores de la EOI, que llevan dos cursos ocupando el pabellón secundario del que también forma parte el antiguo instituto La Torreta, son los grandes perjudicados de una situación desidiosa contra la que llevan más de un año reclamando medidas urgentes. Soluciones que pasan por aumentar la vigilancia policial, garantizar un mantenimiento mínimo del centro y dar una utilidad concreta a estas instalaciones educativas cediéndolas, por ejemplo, a entidades, colectivos o asociaciones locales que carecen de sede o necesitan más espacio para desarrollar sus actividades o encuentros.

A contrarreloj

Pero el tiempo corre en contra de la Administración local y autonómica porque los destrozos crecen semana a semana y podrían terminar haciendo económicamente inviable la recuperación del emblemático edificio. Por lo pronto ya han robado los lavabos, váteres, duchas así como los cables, transformadores y cuadros de luz, algunas cañerías y todo objeto metálico susceptible de ser vendido como chatarra, la práctica totalidad de los marcos, puertas y ventanas de aluminio, las placas de escayola, los tubos fluorescentes y buena parte del mobiliario y del equipamiento escolar -antiguo pero en buen estado- que todavía permanece almacenado en el interior. Y a los robos, que también afectan a los coches de quienes acuden diariamente a la Escuela de Idiomas, hay que añadir la frecuente presencia de okupas, los cuantiosos destrozos por todo el instituto, las pintadas -las más siniestras de "muerte" y "matar" se encuentran en la zona de la secretaría y dirección- y los restos de fogatas en talleres y aulas. Hogueras que podrían terminar reduciendo el centro a cenizas y escombros.