La persona que descubrió los restos óseos de apariencia humana junto a ropas y zapatos de difuntos, restos de lápidas y objetos funerarios en un vertedero incontrolado de escombros situado detrás del cementerio de Cañada ha acompañado a este diario al lugar exacto donde se produjo el fortuito hallazgo para recrear, de la forma más fiel posible, cómo se encontró con la macabra escena. Unos hechos calificados de bulo y negados categóricamente desde el Ayuntamiento de Cañada. Afirmaciones realizadas al mediodía del viernes, justo unas horas después de que los agentes de la Guardia Civil llevaran a cabo una inspección ocular en la zona sin ningún resultado positivo dado que los cuatro huesos y las prendas de vestir de difuntos, de cuya presencia este diario fue testigo directo el miércoles y el jueves, ya habían desaparecido de forma misteriosa y sin dejar rastro alguno.

Los calificativos de bulo y montaje han sorprendido e indignado al villenense de 44 años que descubrió los huesos. Se llama Juan Carlos Lillo y es aficionado al senderismo. Hace unos días se dirigió con su coche hasta Cañada con la intención de hacer una excursión por una ruta de montaña que conduce a Biar. El itinerario parte, precisamente, del lugar donde se encuentra el camposanto de Cañada. "Es una zona muy bonita que no conocía. Me puse a andar por un camino que bordea el cementerio y, al llegar a la parte de atrás, me llamó la atención una especie de escalera metálica y las lápidas rotas y cosas del cementerio tiradas por el suelo, así que decidí asomarme para ver lo que había. Fue entonces cuando me dí cuenta, de casualidad, de que había un vestido oscuro de una mujer mayor oculto entre casquijos de obra y trozos podridos de madera que podrían ser de ataúd. Y dentro del vestido había cuatro o cinco huesos alargados que parecían de los brazos y un trozo redondo, más pequeño, que yo creo que es del hombro", explicaba Juan Carlos Lillo mientras observaba el lugar repasando mentalmente todos los detalles. "Esto no estaba así cuando yo lo ví por primera vez. Aquí lo han removido todo, y han roto una lápida que estaba casi entera, y se han llevado los huesos y el vestido de la mujer. Aquí ha venido alguien para llevarse las pruebas y eso es muy grave; jugar con los cadáveres es muy grave", subrayó por último echándose las manos a la cabeza en señal de incredulidad.