La lluvia volvió ayer a hacer acto de presencia y los vecinos del barrio eldense de La Horteta volvían a echarse las manos a la cabeza. Las calles sin asfaltar volvieron irremediablemente a encharcarse, haciendo muy complicado transitar por la zona para acceder a las viviendas unifamiliares de un barrio que se encuentra justo en la frontera entre los términos municipales de Elda y Petrer. Esta situación ha sido la que ha abocado al barrio a quedar en "tierra de nadie", con demandas vecinales aún pendientes de atender desde hace ya diez años. No piden infraestructuras deportivas, ni modernos parques o instalaciones lúdicas... Desde hace una década su reivindicación viene siendo la misma: sólo piden que se les asfalten y pavimenten las calles, simplemente con hormigón, y que los ayuntamientos de Elda y Petrer se coordinen para realizar la actuación "y dejen de pasarse la pelota de uno a otro", según manifestaba ayer indignado el presidente de la asociación vecinal de La Horteta, Ramón Sala.

La situación de este barrio es cuanto menos "llamativa" por así decirlo. Las viviendas, donde residen un total de setenta vecinos, se encuentran en término municipal de Elda, pero la calle que da acceso a estas viviendas y que se encuentra sin asfaltar, llena de baches y de grandes socavones, ya forma parte del término de Petrer.

Así las cosas, la actuación para el acondicionamiento de la calle lleva años y años en el aire, pendiente de solución ante la desesperación de los vecinos, que denuncian que están sumidos en el "más absoluto de los abandonos", pese a que pagan religiosamente sus impuestos como todos los contribuyentes del resto de los barrios de Elda.

Pequeños lagos cuando llueve

Cuando la lluvia aprieta -y este año lo ha hecho en abundancia- la calle de acceso a las viviendas, que dado su estado más se podría considerar un camino, llega a encharcarse de tal forma que se forman pequeños lagos de hasta sesenta centímetros de profundidad, mientras que los baches y socavones han dejado su "huella" en ya más de algún vehículo.

Aunque siguen insistiendo con sus reivindicaciones y no quieren dar la batalla por perdida, los vecinos de La Horteta han terminado por asumir -y costear- alguna actuación por su cuenta como la limpieza de matorrales, ante la aparición de culebras.