Agentes de la Policía Local de Petrer han sorprendido a dos niños de 8 y 11 años lanzando piedras desde el puente de Cuatro Vientos a los coches que circulaban por la A-31, la transitada autovía de Madrid. La intervención de los agentes de la unidad de Tráfico se produjo a las 17.45 horas del jueves, diez minutos después de que los dos presuntos autores pusieran en peligro a la ocupante de un Citroën Xsara Picasso, turismo al que tiraron varias piedras golpeando una de ellas el capó de forma violenta.

La conductora, también vecina de Petrer, viajaba en dirección Alicante cuando observó a los menores en el puente y acto seguido sufrió el impacto de la piedra, que destrozó la rejilla delantera del vehículo. Instantes después se personaba en el retén de la Policía Local de Petrer, que se encuentra muy cerca de la calle San Hermenegildo donde se produjeron los hechos, para dar conocimiento de lo sucedido y presentar la correspondiente denuncia.

Los padres de los dos niños, que también residen en la misma localidad, tuvieron que personarse en la sede policial tras ser citados por la jefatura. Ambos han lamentado lo ocurrido y, según las fuentes consultadas, han asumido la reparación de todos los daños causados. Sus hijos, por su parte, se disculparon y aseguraron que jamás volverían a cometer una travesura que podría haber tenido trágicas consecuencias aunque no eran conscientes de ello.

De todos modos no es la primera vez que el puente de la zona de Cuatro Vientos es el escenario elegido para cometer gamberradas de este tipo.

En los diez últimos años la Policía Local ha actuado en al menos seis ocasiones por hechos de idénticas características. El perfil suele ser el de un menor de entre 8 y 15 años de edad, vecino de Petrer, que actúa sin pararse a pensar que lanzando piedras a los vehículos que circulan por este tramo de autovía de 120 kilómetros por hora pueden causar un grave siniestro e incurrir en faltas o delitos de daños y lesiones, contra la seguridad del tráfico e, incluso, de homicidio imprudente. Y, aunque por su edad son legamente inimputables, la responsabilidad civil se trasladaría a los padres dando lugar al pago de importantes indemnizaciones.

El caso más grave se produjo hace unos años cuando una piedra de gran tamaño impactó contra un autobús. La pericia del conductor evitó que perdiera el control e invadiera el sentido contrario. La adopción de medidas preventivas, como instalar vallas sobre las barandillas del puente, podrían evitar que hechos como éste se produzcan con la frecuencia con la que vienen repitiéndose.