Los trabajos de selección, limpieza y estudio de todas las piedras aparecidas en la excavación arqueológica que se ha venido realizando en distintas fases junto a la estación depuradora de aguas residuales de Monforte del Cid, donde ha aparecido un importante conjunto de toros ibéricos, han permitido descubrir nuevos fragmentos, tanto de esculturas como de piezas arquitectónicas, de cronología ibérica, del siglo V antes de Cristo.

Según ha explicado el eldense Gabriel Segura, director de las excavaciones y responsable de la empresa Arquealia, se han recuperado 34 nuevas piezas de menor tamaño que vienen a complementar las 12, de gran tamaño, que se recuperaron los días 25 y 26 de mayo, cuando salió a la luz la cabeza del segundo toro ibérico mitrado de España y los fragmentos de pies y túnicas de dos esculturas femeninas unidas y talladas al estilo de las damas ibéricas de Baza y del Cerro de los Santos. Para el experto lo más destacable es que entre las piezas de pequeño tamaño hay un fragmento de pata delantera de un toro, cuya forma se asemeja al conocido toro depositado en el museo de Monforte del Cid o al desaparecido toro del Chorillo que apareció décadas atrás entre Elda y Sax. Los investigadores consideran, no obstante, que la extremidad podría corresponder a uno de los muchos bovinos de piedra aparecidos recientemente en Monforte.

Fontana ritual

Pero también se han recuperado varios sillares y sillarejos, en calcoarenita, la misma en la que están tallados los toros, y en cuyas caras se observan cinceladuras y huellas de herramientas de cantero. Piedras también datables en el siglo V a.C. y que, al igual que las esculturas tauromorfas, fueron empleadas en la construcción del témenos o recinto sagrado que perimetraba la fontana ritual descubierta durante las obras de construcción de la depuradora.

Por todo ello Gabriel Segura mantiene que "la conjunción de esculturas y restos de piezas de sillería permiten suponer que en la gran necrópolis ibérica de los Areneros del Vinalopó, en la partida monfortina de Agualejas -de donde proceden originariamente todas las piezas descubiertas y de donde fueron extraídas para su reutilización- además de monumentos funerarios del tipo del pilar estela, como el reconstruido en el Museo Arqueológico de Elche, hay que empezar a pensar en la existencia bien de otros tipos de monumentos funerarios, bien de otros tipos de arquitectura sacra, caso de templos, de los que nos han llegado escasos restos".

Unas videncias arqueológicas que junto al gran número de tallas de piedra de la época, también procedentes del mismo lugar, conducen a que cobre más fuerza, si cabe, la hipótesis de la existencia de un importante santuario ibérico junto a una gran necrópolis. Idea que ya fue apuntada al principio de la década de los años 80 por el siempre clarividente Enrique Llobregat, el antiguo director del Museo Arqueológico Provincial de Alicante, cuando exponía que el binomio toros ibéricos-agua poseía un alto contenido ritual y sagrado. El valioso yacimiento de Monforte podría ser un claro ejemplo de ello.