Lo de Nuevo Montesol es de juzgado de guardia", afirmó ayer un jurista cercano al caso de la tristemente conocida urbanización aspense. El letrado llegó a esta conclusión tras explicar que, casi seis meses después de que el Ayuntamiento decidiera acabar con los desprendimientos de tierra sobre las casas de una vez por todas -con la inversión de casi 600.000 euros-, uno de los taludes de tierra vuelve a presentar en sus paredes un par de hermosas grietas y varios agujeros que no hacen presagiar un buen equilibrio interior en esta montaña que da sombra a los 84 bungalows de este complejo residencial, ubicado en la carretera que une Aspe con Elche.

A finales del mes de julio, la empresa Geobrugg metió sus máquinas excavadoras para arrancar la costra de tierra y cemento que se había desprendido sobre la tapia trasera de varios chalets. Pocos meses después, siguiendo un proyecto de desmonte redactado por la empresa Civil Work, que cobró 31.880 euros por este trabajo, las excavadoras habían perfilado el peligroso talud hasta convertirlo en una loma escalonada con terrazas de seis metros, donde el riesgo de aludes era mínimo y el peligro para los propietarios casi inexistente. Se cumplía así con los objetivos de la fase I del proyecto de reparación de Nuevo Montesol. Pero la nueva sierra volvía a abrirse en una especie de falla pocos días después, sin peligro de desprendimiento pero evidenciando un estudio poco eficaz sobre el interior de esta montaña caliza y arcillosa, que, eso sí, el gobierno del PP quiere cobrar por más de medio millón de euros a quines viven debajo de ella o poseen terrenos cerca.

El pasado lunes, los dos propietarios del 100% de las fincas afectados por las obras autorizadas en julio por el Ayuntamiento recibían dos facturas. La primera era de poco más de 25.000 euros, y tenía a los 84 propietarios de chalets como destinatarios. El 95% restante es para la sociedad patrimonial Pahini, que debe pagar de su bolsillo todo ese porcentaje, según el Ayuntamiento de Aspe.

"No entendemos cómo es posible que una obra que pretendía consolidar una sierra no haya detectado esa grieta o falla y por tanto, no haya conseguido contenerla. Y quieren que paguemos los informes y la mano de un desmonte mal hecho y que no hemos causado nosotros" apuntaron las citadas fuentes. Y todavía falta por terminar el hormigonado del desagüe y la fase de "restauración y embellecimiento" de las lomas, que tendrán coste similar a la primera fase y los mismos "clientes forzosos".

El concejal de Urbanismo de Aspe y principal impulsor de la obra, Teógenes del Barrio, reconoce que ya identificó la grieta al poco de comenzar los trabajos y que "por eso se ha redactado una modificación al proyecto para eliminarla", pero ignora si se ha ejecutado ya y, sobretodo, si el trabajo extra correrá a cargo de los vecinos o de la empresa responsable del estudio geotécnico. "Nosotros hemos buscado que no hubiera peligro, no dejarlo más bonito ni más feo. Arreglar la sierra es complicado, pero estamos tranquilos pese a la inconformidad que tengan los vecinos", consideró el responsable de Urbanismo.

Cabe recordar que existen varios procesos judiciales abiertos contra el consistorio y la constructora a fin de determinar la responsabilidad de cada parte en los desperfectos y derrumbes que desde hace 12 años se producen en Montesol.