El Grupo Ferrandiz de Elda ha cerrado dos de sus tres empresas auxiliares del calzado. Concretamente Ferrandiz y Cia, firma ubicada en el barrio de La Torreta de Elda, frente a la piscina municipal cubierta, y que en su última etapa pasó a denominarse Apliques y Complementos para el Calzado. Sus 60 trabajadores están ya en el paro después de que el primer día de agosto todos ellos recibieran la carta de despido, según han informado fuentes de la propia empresa.

Esta industria, fundada en 1988, estaba especializada en la fabricación de apliques metálicos, estampado de adornos y hebillas, y acrílicos para la industria del calzado, marroquinería y confección. En un intento por diversificar la producción para mitigar los efectos de la crisis del calzado la mercantil comenzó a fabricar artículos publicitarios y de regalo, promocionales, llaveros y bisutería. Sin embargo, esta medida no parece haber sido suficiente a juzgar por el resultado obtenido.

La otra firma del grupo que también se ha disuelto este mes es Tratamientos y Estampaciones Ferrandiz. Contaba con una plantilla de veinte trabajadores y sus instalaciones se encontraban en el mismo complejo industrial situado en la calle Carretera de Sax.

Del Grupo Ferrandiz sólo la factoría Fantasías Metálicas, que desarrolla su actividad en una nave del polígono Finca Lacy, mantiene su actividad por el momento con diez trabajadores en plantilla.

Este diario intentó ayer contactar con los responsables de la empresa para conocer los motivos del cierre pero resultó imposible al no encontrarse nadie en sus instalaciones del barrio de La Torreta.

La otra mercantil que está previsto que cierre hoy sus puertas se encuentra en la vecina localidad de Petrer. Los 40 operarios de Industria Zapatera de Petrer, con domicilio social en calle Picasso, recibirán esta noche las cartas de despido coincidiendo con el inicio de sus vacaciones de verano. Así lo han confirmado algunos operarios.

La empresa fue fundada en el año 1979 por Manuel Marcos Martínez Micó y desde entonces se ha caracterizado por fabricar un zapato de señora de calidad y piel natural, tanto de vestir como sport, elaborando artesanalmente todas y cada una de las fases de producción. Vendían su propia marca -Nin- a través de su red comercial con representantes en toda España y también en Grecia y Francia.

Su gerente, Manuel Marcos, fue tajante ayer tarde al no querer facilitar ningún tipo de información a este diario sobre los motivos que le han llevado a tomar esta decisión.

Con la disolución de Industria Zapatera de Petrer, Apliques y Complementos para el Calzado, y Tratamientos y Estampaciones Ferrandiz ya son cinco las firmas del sector calzado o auxiliar que cierran en lo que va de mes destruyendo 250 puestos directos de trabajo. Este diario ya adelantó la semana pasada el fin de la actividad de Zapatos Rosmarino, que llevaba dos años elaborando en el polígono Finca Lacy de Elda una línea de zapato femenino de alta calidad para el grupo de Jaime Mascaró. Sus 60 operarios directos y 30 indirectos buscan trabajo. Otro tanto le pasa a los 70 zapateros de la firma eldense Newdolciss, con sede en la calle Dos de Mayo de Elda, que también ha terminado cerrando a pesar de que, al igual que en Newdolciss, no le faltaban los pedidos. En ambos casos parecen haber prevalecido los motivos financieros.

Un proceso cíclico pero especialmente "duro" este año

Los cierres en las vacaciones de verano se han convertido en un fenómeno habitual en el calzado. Sin embargo este año el fenómeno está siendo especialmente "duro" ya que está afectando a empresas consolidadas, de plantillas superiores al medio centenar y con muchos años de antigüedad en el sector. Prueba de ello es que Newdolciss se fundó hace 44 años y su propietario llegó a recibir por parte del Ayuntamiento la medalla de oro de la ciudad por su trayectoria empresarial. El Grupo Ferrandiz lleva 20 años de actividad y la mercantil Industria Zapatera de Petrer 29 años. A estas cinco firmas y a sus 250 trabajadores ya parados habrá que sumarle muchas más a partir de septiembre. La crisis que azota al sector desde el año 2000 agudizada ahora por la crisis económica y la estacionalidad del calzado son la causa de un fenómeno que se repite todos los veranos. Aunque tampoco hay que excluir del mismo el clandestinaje y la "rapiña" de algunos fabricantes que con estas prácticas fraudulentas pretenden abaratar los costes sociales, según vienen denunciando los sindicatos.