El ex director del Instituto de Neurociencias y una de las voces más autorizadas dentro y fuera de la Universidad Miguel Hernández, Carlos Belmonte, planteó ayer la necesidad de que la institución docente se sumergiera en una fase de autocrítica, al tiempo que dio a entender que la UMH debería contar con un plan de futuro claro y definido de lo que pretende llegar a ser.

"Sería muy bueno que después de diez años hiciéramos un análisis de la situación", indicó el neurocientífico, que ayer acudió a Elche para participar como invitado en los tradicionales almuerzos de los lunes del Rotary Club.

Belmonte manifestó que es bueno que las universidades "resuelvan el día a día", pero también consideró importante que éstas tengan "un proyecto de futuro" y, en el caso de la Universidad de Elche, mostró su confianza en que "en ese futuro juegue un papel crítico el Instituto de Neurociencias, que es el centro más emblemático de la UMH", y que, según dijo, "ése sí tiene un proyecto muy claro y un proyecto de futuro que esperemos que no sea obstaculizado".

El que fuera en 1980 vicerrector de la Universidad de Alicante y decano del 83 al 85 de la Facultad de Medicina, sin querer ir más allá, agregó que "tenemos que mantener viva la llama y hay que tener proyectos" de cara a los próximos años, para insistir en que "la UMH se tiene que plantear algunos proyectos emblemáticos de futuro".

El investigador siguió destilando un mensaje crítico con la Universidad de Elche, con la suya, al considerar además que "todavía no hemos entrado en el nivel de las universidades que tenemos que tener", de ahí que invitara a la institución docente a no "perder de vista el proyectarse en un futuro en un nivel de excelencia".

El catedrático de Fisiología, que a finales del pasado año fue elegido presidente de la Organización Internacional sobre la Investigación del Cerebro (IBRO en inglés);, que aglutina a 82 sociedades y organizaciones científicas que representan a más de 50.000 neurocientíficos de 111 países, fue invitado por los rotarios para explicar las tareas en las que se ha embarcado tras abandonar la dirección del Instituto de Neurociencias.

"Los rotarios juegan un papel muy importante en la definición de la sociedad civil con respecto al futuro de la universidad", declaró Belmonte, quien afirmó además que en "la universidad tendemos a la autocomplacencia y a la resolución de nuestros propios problemas, por eso es muy saludable que un club como éste se preocupe de intereses sociales, de ahí que le seguiré planteando lo que a mi juicio son los problemas de futuro y las iniciativas de futuro de la universidad".

El invitado, ya en calidad de presidente del IBRO, anunció que en breve espera contactar con las fundaciones de Bill Gates o Bill Clinton, e incluso con líderes de Emiratos Árabes, para difundir y potenciar el desarrollo de la neurociencia en todo el mundo, así como para formar a expertos, no sólo en los países industrializados, sino también, por ejemplo, en África.

Asimismo, su organización está impulsando una asociación de mujeres neurocientíficas para fomentar su participación en este campo, al tiempo que vinculó algunas acciones del IBRO con proyectos de cooperación.

Por último, en lo que se refiere a su trabajo en el campus de Sant Joan, Belmonte detalló que su equipo, entre otras cosas, está investigando por qué pacientes tratados con quimioterapia no pueden resistir el frío cuando toman fármacos anticancerígenos.