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os profesionales del Instituto de Neurociencias brindaron ayer un homenaje propio al que hasta hace pocas fechas ha sido el director de este centro, Carlos Belmonte, quien, acompañado de su mujer, recibió la Medalla de Oro de este centro en un acto muy emotivo.

Enmarcado dentro de la IV Reunión de Navidad de Jóvenes Neurocientíficos que durante jueves y viernes se ha venido celebrando este centro, el acto de homenaje, al que asistió prácticamente la totalidad de los investigadores, técnicos y administrativos que trabajan día a día con Belmonte, se prolongó durante cerca de una hora y contó con varias intervenciones.

El encargado de iniciar el acto y de realizar un semblante del trabajo y las aportaciones que durante todos estos años ha llevado a cabo Carlos Belmonte, fue el profesor Roberto Gallego, amigo y también uno de los que contribuyeron a hacer realidad el Instituto de Neurociencias, ubicado en el campus de Sant Joan y actualmente centro mixto de la Universidad Miguel Hernández y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

De un modo muy acertado Gallego hizo un repaso a la trayectoria del catedrático de Fisiología antes de que éste saliera a recoger la Medalla de Oro de manos del actual director de Neurociencias, Juan Lerma. «Con esta distinción se reconoce su trayectoria científica y su importante labor en la puesta en marcha de este centro de investigación, del que fue director desde su creación en 1990 hasta el pasado mes de octubre», según recuerdan desde la UMH.

Belmonte dio un pequeño discurso de agradecimiento y dio su visión del Instituto y sobre el recorrido que le espera. Acto seguido tomó la palabra Lerma quien remarcó los logros de Belmonte, recordó hasta qué punto ha evolucionado el centro investigador para concluir que Neurociencias debe seguir por la senda de la excelencia.

De la labor investigadora de Belmonte cabe destacar sus aportaciones al conocimiento de los mecanismos de excitación de las terminaciones sensoriales. Ha estudiado los procesos celulares y moleculares que dan lugar a la activación de los receptores que median la percepción del dolor y el frío. Su impulso fue decisivo en la puesta en marcha de Neurociencias, que está considerado el principal centro de estudio del cerebro y el sistema nervioso.