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Elche veta el uso de terrazas y calles para quemar pólvora y lanzar cohetes

El alcalde suspende el bando que permitía disfrutar de la Nit de l'Albà y «saltarse» la ordenanza contra la contaminación acústica

El alcalde se dirige a su lugar instantes antes de la reunión de la junta local de Seguridad en Elche, en el Centro de Congresos. ANTONIO AMORÓS

La utilización de terrazas para lanzar cohetes y quemar pólvora en la noche del 13 de agosto en Elche está completamente vetado este año porque el alcalde de la ciudad, Carlos González, no dictará un bando que excepciona la regla general que obliga a cumplir la ordenanza de contaminación acústica. Y no es sólo una medida que afecte a los ilicitanos que quieran mantener la tradición, invitando a familiares y amigos a lanzar algunos productos pirotécnicos que les recuerden que esta es una noche, la Nit de l'Albà, de olor a pólvora y de disfrutar de una buena y fresca sandía, porque tampoco se podrá hacer en las calles.

La decisión municipal, como tantas otras para contener la expansión del covid evitando las reuniones sociales, choca de frente con las expectativas de las familias ilicitanas de vendedores de pirotecnia, que confían buena parte de su suerte cada año al negocio que puedan realizar estos días. Quizá por ello, ayer el alcalde en la comparecencia que realizó al término de la Junta de Seguridad Local, no se refirió a esta cuestión, que no es menor porque los agentes pueden sancionar a cualquier que lance un artefacto pirotécnico (que en nada esta prohibida su venta) si no existe una causa objetiva que lo justifique. En Elche, y en este año, no existiría más permisos objetivos que para las clásicas tracas de boda. Estar en fiestas no lo es en este 2020. En cualquier caso, fuentes municipales confirmaron que no habrá bando y, sin bando, nadie puede generar molestias ni ruido. La multa oscilaría entre los 60 y los 600 euros, ahora bien, no será fácil sancionar ni tampoco está previsto que los policías sean especialmente rigurosos en este control más que cuando las circunstancias lo requieran.

Fuentes policiales confirmaron a INFORMACIÓN tres cuestiones importantes al socaire de este asunto y algunas están causando ya preocupación. Una de ellas es que por redes sociales se está convocado desde hace días encuentros de ilicitanos para quemar algo de pólvora y recordar la mágia de esta cita en plenas Fiestas de Agosto, pese a estar suspendidas este año. Esta actividad, que en algún caso ha sido dada a conocer incluso convocada por comisiones festeras, no tiene respaldo municipal alguno ni debería por tanto llevarse a cabo. También el regidor se refirió a algunas pedanías cuyos vecinos son aficionados al lanzamiento, año tras año, de carretillas, pese a no tener un recinto acotado para esta práctica y, en su mayoría, sin disponer tampoco de la autorización expresa porque hayan pasado un curso de formación.

Llamadas

La segunda es que desde hace algunos días se están recibiendo llamadas telefónicas de quejas vecinales por algunos ciudadanos que han hecho explotar a intempestivas horas algún «despertador» -un producto clásico a la hora de querer llamar la atención del resto con este artefacto de pólvora que provoca un estruendoso ruido-. Y hoy y, especialmente mañana, lo lógico es que el número de estas quejas vaya en aumento, con lo cual se ha dado orden de ser especialmente riguroso para que las patrullas acudan, haciendo acto de presencia y con ello contribuyan a evitar un efecto llamada que invite a seguir incumpliendo la ordenanza. Y la tercera, más delicada, es que los agentes tendrán muy difícil intervenir si no existe, realmente, un problema grave. Principalmente, porque se trata de una sanción administrativa que en nada facilita ni justifica el acceso a las viviendas ni la identificación de los autores.

En esta delgada línea se mueve una ciudad que debería sobrepasar estos días el meridiano de sus fiestas, llegando a los días grandes donde la Nit de l'Albà, la Roà y la Coronación de la patrona son los temas primordiales en el ADN ilicitano. Todos ellos son actos que congregan a miles de personas y aunque se ha suspendido toda la actividad, quien es de Elche y festero no puede evitar reinvidicar en medio del caluroso agosto el homenaje a su patrona con o sin covid y contra ello están tratando de luchar las distintas administraciones, para evitar que todos nos acordemos de las no fiestas dentro de 15 días.

Más de 550 agentes y vigilancia extra por el fútbol

Drones, perros policías y un despliegue de patrullas tratan de frenar aglomeraciones y el botellón los días 13 y 14

La Junta Local de Seguridad acordó ayer en el Centro de Congresos adoptar especiales medidas de control con la intención de frenar la propagación del virus durante los días más señalados de las fiestas patronales ilicitanas, que han sido suspendidas.

Preocupa de manera singular la noche del día 13 de agosto, al coincidir la Nit de l'Albà y la celebración del primer partido de play off de del Elche CF. El alcalde, Carlos González, hizo un llamamiento especial a la afición del Elche CF «para que anime al equipo desde las redes sociales, pero no en la calle, que los aficionados no vayan ni a recibir ni a despedir al equipo al estadio de fútbol». Por esta razón, habrá presencia policial en las inmediaciones del estadio Martínez Valero a la hora del partido. Igualmente preocupa la jornada del 14 de agosto, Nit de la Roà, tradicional noche de encuentros masivos en la calle.

Ante estos próximos acontecimientos, la Junta Local de Seguridad acordó desplegar un dispositivo especial de vigilancia compuesto por 550 agentes que focalizará su acción en los días clave de las fiestas y en los eventos citados. Al dispositivo se suma la brigada canina y el dron que vigilará desde el aire la ciudad.

El alcalde anunció «un dispositivo intenso». Su misión será supervisar el cumplimiento de las medidas preventivas y de control de aforos para evitar aglomeraciones que faciliten la propagación del virus. Habrá más policías en la calle para aumentar la vigilancia e insistir en el uso de mascarillas y distanciamiento social. Además, se regularán los encuentros con la intención de garantizar la seguridad, de manera que las reuniones privadas de más de 50 personas deberán ser notificadas previamente al Ayuntamiento. En cuanto a las reuniones privadas que superen las 150 personas, precisarán de un permiso específico para poder celebrarse, autorización que deberá conceder también el Ayuntamiento.

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